Venerable Arcángela Badosa Cuatrecasas

VENERABLE   ANCÁNGELA  “Angel de Caridad”

Dentro del marco de la celebración del centenario del fallecimiento de Hna. Arcángela (1918 – 2018), la Iglesia nos hace el don de declararla Venerable.

En efecto, el día 7 de noviembre de 2018, el Santo Padre Francisco recibió en audiencia a S.E. el cardenal Ángelo Becciu, Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos. Durante la audiencia, el Santo Padre autorizó a dicha Congregación a promulgar varios  Decretos, entre ellos, el de “las virtudes heroicas, de la sierva de Dios   Arcángela Badosa Cuatrecasas, religiosa profesa de la Congregación de las Hermanas de la Santísima Virgen María del Monte Carmelo; nacida en Sant Joan les Fonts  España el 16 de Junio de 1878 y fallecida en Elda, España el 27 de noviembre de 1918.”
(hasta aquí el comunicado de la Santa Sede el 8/11/2018)

Pero, ¿qué quiere decir que vivió las virtudes en grado heroico?, lo que se quiere expresar con estas palabras es que las vivió con mucha más profundidad de lo que podríamos decir “normal”.

Estas virtudes son: Virtudes Teologales, Virtudes Cardinales, los Consejos Evangélicos, y la virtud de la HUMILDAD.

Vamos a dar unas breves pinceladas sobre la vivencia de estas virtudes en la Venerable Arcángela “Ángel de Caridad”, basándonos en la Positio cuya elaboración ha sido imprescindible para esta primera etapa dentro del proceso de en su causa de Canonización.

Virtudes Teologales: FE

Es evidente que la Hna. Arcángela fue motivada por razones de fe. Nacida en una familia creyente, desde su infancia se comprometió con un gran espíritu cristiano, que manifestó claramente, con toda profundidad en su vida; con fidelidad en sus deberes de ayuda a sus hermanos menores y en los momentos difíciles de su adolescencia y juventud, cuidando a su tía enferma.

Su vida fue ejemplar en el ambiente que vivió; en el celo por la salvación de las almas que la llevó a consagrar su vida a Dios, unida con una profunda devoción a la Virgen María y la Eucaristía. Había llegado a un profundo grado de contemplación, a través del cual podía ver la presencia y bendición de Dios en todo lo que la rodeaba: “Delante de ella nadie se atrevía a blasfemar ni a murmurar” decía su hermano José, religioso salesiano.

Testificaron que, en Olot, la sierva de Dios: “Era un ejemplo de silencio y buen porte; cuando sabían que pasaba por la calle decíanse unas a otras: asomaros que pasa Carmen, parece una santa.”

Incluso cuando estaba ocupada cuidando a los enfermos, sabía cómo vivir en la presencia de Dios: “Todo me sirve de contemplación, pues en todo veo a Dios con santo poder y amor por los hombres”, “veo a los enfermos como imagen de Jesucristo y a las enfermas como a la Virgen”.

ESPERANZA

Practicó la virtud de la esperanza a través de una profunda confianza en el Señor, a quien ama y en quien cree. Esta virtud estará muy viva en ella, particularmente en los últimos días de su enfermedad con una aceptación y conformidad con la voluntad de Dios, verdaderamente heroica.

Decían sus hermanas de comunidad: “Nunca se quejó de su cruz que era bastante pesada” (parece tenía un tumor interior en la espalda, en la parte del pulmón). “Que contenta estoy de morir para unirme con mi Amado”.

 CARIDAD

La fe y la esperanza que vivía empujaban a la Venerable Arcángela a una caridad verdaderamente heroica. Es la virtud que la caracteriza de una manera particular, hasta el punto que se le dio un nuevo nombre, dado por aquellos que habían recibido sus gestos de amor. Fue el de “ángel de caridad”.

“Cumplió su misión tan admirablemente que se veían sus progresos heroicos en la virtud de la caridad. Para ella no había día ni noche; no buscaba, no quería otra cosa que hacer ilimitada aquella encendida llama de caridad angélica, entre aquellos pobres hermanos doloridos… Ella misma murió contagiada al sacrificarse por enfermos tuberculosos que cuidaba”.

“La noche antes de quedarse en cama para no levantarse, aún se alzó ocho veces para ver si los enfermos necesitaban algo.”

En el periódico se afirmaba “Todo el pueblo decía que había una religiosa en el Hospital muy buena que trabajaba con mucho cariño y mucho amor a los enfermos, que era una santa”.

 Virtudes Cardinales: PRUDENCIA

Practicó esta virtud desde su juventud, manifestando un temperamento juicioso y prudente. Un testimonio de su prudencia se puede ver en el hecho de que fue asistente de la comunidad y elegida como delegada suplente del Capitulo General de 1916.

Era muy prudente al tratar con los enfermos y muy discreta en las faltas de los demás.

 JUSTICIA

En justicia a Dios lo dio todo, trató con esmero especial la Adoración del Santísimo.

En la práctica hacia los demás, el servicio a los pobres enfermos se destaca, superando todas las dificultades a pesar de la debilidad física.

Se privó de dormir y de comer para atender a los enfermos.

 FORTALEZA

Su fortaleza emerge con paciencia y mansedumbre al saber renunciar incluso de las cosas santas, pero el sagrario siempre fue su consuelo. Aunque parecía débil por su salud inestable, sabía responder con extraordinaria firmeza en el deber, siendo fiel al Espíritu, sin rendirse nunca ante las dificultades, pruebas y peligros; fue siempre muy valiente.

Los testigos fueron unánimes al decir que la Venerable Arcángela poseía una fortaleza heroica.

“El que todos la consideraran muy capaz para desempeñar todas las tareas, hizo que recayesen sobre ella los más pesados trabajos.”

 TEMPLANZA

El heroísmo de esta virtud, debe verse en el ejercicio de la penitencia y de la mortificación interna y externa, esto exige una ascesis que lleva a la oración y contemplación, la vida del Espíritu y la caridad fraterna.

“Nunca se paró a hablar con ninguna visita en el hospital, saludaba a todos muy cortésmente y su amabilidad los tenía encantados a todos, se retiraba para cumplir con su deber.”

 

HEROICIDAD DE LOS VOTOS RELIGIOSOS Y HUMILDAD

 CASTIDAD

La venerable Arcángela fue ejemplar también en el ejercicio de la virtud de la modestia, en el hablar discreto; ejemplo de buen porte para edificación de todos; recogimiento de vista, con vigilancia de sus miradas y acciones.

Al borde de la muerte les dijo a sus hermanas:  “Ya no me tienen que tocar, no ponerme limpia, pues estoy arreglada.”

 POBREZA

Practicaba la pobreza de una manera verdaderamente heroica: no se guardaba nada para sí mismo. Elige los trabajos más penosos como dicen varios testigos: “Para sacrificarse, escogía para lavar la ropa más sucia: las vendas que habían estado en las heridas de los enfermos y lo hacía restregando con los puños” … “Practicaba la pobreza hasta tal punto que nada pedía para ella y, a veces, llevaba el pie por el suelo de rotas que tenía las suelas de las zapatillas. Cuando la superiora se daba cuenta de ello le compraba otras y se las hacía poner.”

 OBEDIENCIA

Muy consciente del valor y significado de esta virtud, que es esencial en la vida religiosa, el abandono a la voluntad de Dios se hizo habitual en ella. Los testimonios sobre la heroicidad de la virtud de la obediencia abundan, tanto de religiosas como de seglares.

“… en vida fue un modelo en todas las virtudes y como principal, la obediencia, ella la tenía con toda perfección.”  

Hasta incluso pedir permiso para morir, pues la superiora le dijo no muriese hasta que ella le diera licencia.

 HUMILDAD

Un testimonio afirma: “Era muy lista, pero se hacia pasar por tonta para ser más humilde y así dar gusto a Jesús”. En este marco de humildad pide a las Hermanas que su entierro sea sencillo y ocurre todo lo contrario, pues fue con gran solemnidad y hasta cerraron las fabricas para que pudiese ir el personal.

Otra virtud notable que fue practicada por la Venerable Arcángela en grado heroico es el silencio.

La fama de santidad, en vida, momento de su muerte, y después de su muerte, no se ha apagado, sino que va creciendo y extendiéndose por muchos lugares del mundo hasta nuestros días.

Pidamos al Señor mire con bondad a nuestra Congregación y nos conceda la gracia de que la Venerable Arcángela “Ángel de Caridad,” sea una santa declarada por la Iglesia.

                                                                                                                  Noviembre 2018