Quienes somos

Somos  una familia religiosa, denominada oficialmente, Hermanas de la Virgen María del Monte Carmelo, más conocidas por la zona de levante como “Carmelitas de Orihuela”, ya que pocos años después de nuestra fundación (1891) en Caudete (Albacete-España), pasamos a esta ciudad (1899) al sur de la provincia de Alicante.

Nacemos del tronco de la Orden del Carmen, que en el año 1888 regresa al convento de S. José en Caudete, para reiniciar la restauración del mismo después de la exclaustración que sufrieron como tantas órdenes religiosas asentadas en España.

Nuestra Congregación, agregada a la Orden de los Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, intenta vivir  allá donde está los valores fundamentales del carisma carmelita: la oración, la fraternidad y el servicio profético, desde una honda dimensión contemplativa. Igualmente participamos de una espiritualidad eliano-mariana (inspirada en el profeta Elías y en María, la madre de Dios) y profesamos según la Regla Carmelita (la “norma de vida” que Alberto de Jerusalén dio a los primeros eremitas del monte Carmelo en Tierra Santa) y nuestras constituciones (Cf.Const. Art. 34 y 82).

Aunque en el inicio de la Congregación fueron ocho  hermanas las que comenzaron esta nueva familia en el Carmelo y en la Iglesia, desde el principio destacó en el grupo la Hna. Elisea Oliver Molina, que fue nombrada primero Maestra de novicias en 1892 y luego Superiora General durante los años 1899 al 1922 y del 1928 hasta su muerte acaecida en Orihuela en  el año 1931. Por su talante y personalidad para ir configurando la fisonomía de la nueva familia religiosa la consideramos como Fundadora y maestra espiritual.

Nuestra misión como carmelitas es “buscar y vivir la presencia del Dios vivo y verdadero y ayudar a las personas a descubrirle y a entrar en relación con Él” (cf. Const. Art. 4). Esta misión la realizamos desde el testimonio de nuestra vida en las actividades que se nos encomiendan relacionadas con la formación integral de niños , jóvenes y adultos y la asistencia a enfermos y ancianos, atendiendo con preferencia a los más pobres (cf. Const. Art. 5).