Madrid, 22 de noviembre de 2025
“… Alabad al Señor tocando trompetas, alabadlo con arpas y cítaras,
alabadlo con tambores y danzas, alabadlo con trompas y flautas …”
(Sal 150: 3 – 4)
Queridas Hermanas:
Con la serena certeza de que ya estará gozando de la dicha del Señor, cantando y tocando, como le gustaba hacer, con el Coro de Ángeles, damos gracias al Señor por el don de su vida y os comunicamos que, el pasado día 8 de agosto de 2025, desde la Comunidad casa central “San José” de Dili, Timor Leste, Dios Padre llamó a nuestra Hermana
Angelina Gomes de Deus
Nacida el 10 de febrero de 1983, en Atsabe, Timor Leste, era hija de Armando y Bendita, de cuyo matrimonio nacieron siete hijos, siendo nuestra Hermana la tercera de ellos. Fue bautizada unos meses después, el 17 de abril de 1983, en la Iglesia de su pueblo natal, perteneciente a la Parroquia Nossa Senhora do Carmo de Letefoho, donde también fue confirmada el 16 de diciembre de 1997.
Comienza su postulantado en Fatuhada – Dili, el 27 de agosto de 2003. El noviciado lo inicia el 29 de septiembre de 2004 en Surik Mas – Dili. Hace sus votos temporales el 1 de octubre de 2006 en Fatuhada – Dili y los perpetuos el 1 de octubre de 2014 en Aimutin – Dili.
Mujer alegre, dinámica, con mucha vitalidad, creatividad y llena de iniciativas, principalmente para aprender, reinventar o modernizar las danzas tradicionales y enseñarlas tanto a los niños de las escuelas, desde infantil hasta secundaria, como a los adolescentes y jóvenes de los diferentes grupos de la Familia Carmelita que estaban a su cargo.
Maestra de primera enseñanza, por vocación y profesión, su vida estuvo consagrada a la educación de los niños, a los que se entregaba con alegría y dedicación, compaginando esta tarea con otras obligaciones que le fueron asignadas, como ayudar y servir como responsable, tanto de la comunidad como de la escuela.
De presencia física más bien fuerte y llena de energía y capacidad para animar y alegrar los ambientes donde se encontraba presente, era difícil adivinar que no tenía tan buena salud, como siempre aparentaba. Era muy solicitada para animar y dirigir las celebraciones de fiestas, no sólo dentro de la gran Familia Carmelita, sino también las organizadas por la Diócesis y por la Conferencia de Religiosos de Timor Leste, pues era muy viva y hacía vibrar a todos los presentes en dichos eventos.
Sabía cantar, tocar la guitarra y los tambores, también dirigía muy bien cualquier grupo de coro, no solo de religiosos sino también el de la Academia de la Policía Nacional, para eventos especiales. Así pues, era animadora de las celebraciones litúrgicas, turnándose con otras Hermanas, y, precisamente a Hna. Angelina le tocó dirigir el coro de la celebración Eucarística del cierre del Cincuentenario de la presencia de nuestra Congregación en Timor Leste. Como siempre, lo hizo muy bien y de ello quedará un bonito recuerdo en la memoria de todas las personas allí presentes.
Después de su muerte, las Hermanas que han vivido muchos años con ella en Comunidad, han dado testimonio de situaciones que las llevaron a desconfiar de que algo no iba bien en su estado de salud; y, aunque se le realizaron algunos chequeos médicos, no encontraron nada serio. Por esta razón, no daba mucha importancia a las molestias que, de cuando en cuando, tenía y que, para ella, eran sencillamente insignificantes síntomas de no encontrarse bien, pero que no le impedían hacer vida normal y llevar adelante todas las actividades pastorales que tenía confiadas.
Pasó siempre haciendo el bien y llevando a cabo su misión en nuestras Comunidades de: Bebonuk-Dili, Bobonaro y Letefoho. Cuando por su estado de salud estaba ya muy debilitada, estuvo recuperándose primero en la Comunidad del Noviciado, Surik Mas – Dili y últimamente en la Casa Central, en Fatuhada – Dili, hasta el día que nuestro Buen Dios se la llevó consigo.
Tenía gran amor a la Congregación, a su vocación Carmelita y a todo lo referente a nuestra Espiritualidad, lo cual vivía y expresaba con mucho gozo. En los colegios y parroquias por donde pasó, trabajó mucho en la pastoral juvenil-vocacional. Con gran entusiasmo daba a conocer la vida y misión de la Congregación a los grupos de jóvenes y adolescentes con quienes se relacionaba. Su presencia se notaba porque animaba cualquier ambiente, por su carácter alegre y jovial.
Era cercana y muy amante de su familia de sangre; estaba en continúo contacto con ellos, se apoyaban y se cuidaban mutuamente. Desde que se agravó su enfermedad, su madre y sus hermanos hacían turnos con las Hermanas para acompañarla, tanto en la Comunidad como en el Hospital.
Muchas personas, especialmente las que hemos convivido con ella, echamos de menos su alegría contagiosa, pero nos queda el consuelo de saber que ya está gozando de la presencia de Dios.
¡Descansa en paz Hna. Angelina!
Fabiola Mª Freitas Gusmão, H. Carm.
Secretaria General