Comenzamos este segundo día del Encuentro Internacional de Consejeras Regionales de Pastoral, con la celebración de la Eucaristía presidida por el Padre Ángel y concelebrada por el Padre Rafael María López Melús, ambos carmelitas.
En este día nos acompañó el Padre Juan Carlos García Domene, sacerdote diocesano, profesor del Instituto Superior de Ciencias Religiosas “San Fulgencio” de Murcia que nos ofreció una ponencia sobre el tema: “Ser Testigos de la Fe”.
Nos invitó a iniciar este día de reflexión con la oración “Juntos en tu búsqueda”. Seguidamente nos introdujo en el tema hablando de Jesucristo a quien tenemos que mirar como el Pastor Supremo, que cuida y entrega su vida por el rebaño. Como agentes de pastoral estamos llamadas a imitar sus estrategias y actitudes, pero sobre todo a seguirle enamoradamente.
También nos comentó, tomando como punto de partida la convocación del Papa Benedicto XVI al Año de la Fe, y la realización del Sínodo de los Obispos, el tema de “La Nueva Evangelización para la transmisión de la fe”. De esta forma nos fue iluminando en estos aspectos tan significativos de la Pastoral.
Nos hizo caer en la cuenta que en este siglo XXI, el problema de la evangelización no es la falta de creatividad, de métodos o recursos, como podemos creer, sino un problema de fe, de atrofia espiritual. El problema está en que debemos ser capaces de dar a conocer a Jesucristo, no dar doctrinas, sino dar a Dios mismo. No sólo dar afecto sino experiencia de Dios. La Nueva Evangelización consiste en que trasmitamos la fe.
Luego, el Padre Juan Carlos, fue haciendo lectura de algunos puntos de la Lineamenta que fue utilizada por los Obispos en el Sínodo. Enfatizó en el número 6 que nos habla sobre los Escenarios de la Nueva Evangelización:
- Secularización
- Migraciones
- Medios de Comunicación Social-Cultura Digital
- Económico
- Investigación Científica y Tecnológica
- Política
También, en la Lineamenta número 11, vimos de qué se trataba la trasmisión de la fe: “Trasmitir la fe significa crear en cada lugar y en cada tiempo las condiciones para que este encuentro entre los hombres y Jesucristo se realice”. No hemos de olvidar que la fe es un don de Dios, un asunto espiritual e íntimo, pero a través de la Pastoral podemos poner las condiciones que favorezcan y ayuden a que se realice este encuentro. La fe que transmitimos deber ser pensada (Kerygma o anuncio), celebrada (Liturgia o sacramentos), vivida (Moral, ética, compromiso/servicio=Diakonía) y rezada (comunión=Koinonía).
Tomando del número 115 del Instrumentun Laboris para el Sínodo de los Obispos, como siguiente punto de reflexión, el Padre Juan Carlos, nos dio a conocer los elementos esenciales del estilo que hoy deberían asumir las comunidades y los cristianos individualmente para dar razón de la propia fe. Se trata de las cualidades de aquellos que podríamos definir los “nuevos evangelizadores”:
- Capacidad de vivir y de dar razón de las propias opciones de vida y de los propios valores.
- Deseo de profesar en modo público la propia fe, sin miedo ni falso pudor.
- Búsqueda activa de momentos de comunión vivida en la oración y en intercambio fraterno.
- Predilección espontánea por los pobres y los excluidos.
- Pasión por la educación de las nuevas generaciones.
Seguidamente, vimos algunas de las proposiciones del Sínodo de los Obispos dirigidas al Papa. La propuesta número 6, trata de la proclamación del Evangelio, donde nos presenta a la Iglesia como misionera y a toda acción eclesial como misión-misionera. El misionero/a es el enamorado de Cristo y el que enamora, convence, no sólo es testigo del bien, sino un anunciador explícito de Cristo.
También, tuvimos un tiempo de trabajo en grupo para contestar tres preguntas:
- ¿Nuestra Pastoral evangeliza?
- ¿Estamos en algunos de los nuevos escenarios?
- Del perfil del nuevo evangelizador, ¿cuál es el que mejor y el que peor llevamos?
En la tarde, continuamos revisando algunas de las propuestas del Sínodo. La propuesta número 27, Educación: Es una dimensión constitutiva de la evangelización. No basta mostrar a Cristo, sino enseñar a amar a Cristo. Proclamar a Cristo Resucitado, es acompañar a todos los seres humanos en su historia personal, en su desarrollo y en su vocación espiritual, por tanto toda pastoral es vocacional. Esta acción pastoral requiere: Estudio, Oración y comunidad.
La propuesta 32, Enfermos: Hemos de vivir la enfermedad desde el corazón de la pascua, al pie de la Cruz, siendo corredentora con Cristo. La luz de la Cruz de Cristo ilumina el sufrimiento de cada miembro sufriente. La Iglesia samaritana, cuida a los pobres, cura a los enfermos y enseña al que no sabe. El enfermo te pone delante de una escuela, un ungüento y una cabalgadura. El primer beneficiado de la pastoral es el pastor; a través de los enfermos, Cristo ilumina a su Iglesia, de modo que quien entre en contacto con ellos, encontrará reflejada la luz de Cristo.
Propuesta 42, Actividad Pastoral integrada: La Pastoral tiene que ser obra de la Iglesia para el mundo. La Diócesis es como un mosaico, pero tiene que ser armónica, como las piezas de un rompecabezas, cada una diferente y diversa, pero todos los elementos miembros de un solo cuerpo.
Propuesta 50, La Vida Consagrada.: El Sínodo nos exhorta vivir radicalmente y con alegría nuestra identidad de consagrados. El testimonio de una vida que expresa la primacía de Dios y que, por medio de la vida comunitaria, expresa la fuerza humanizadora del Evangelio. Es una poderosa proclamación del Reino de Dios. También, nos invita a acercarnos a los nuevos areópagos de la misión.
Propuesta 57, Transmisión de la fe cristiana: La tarea de la Nueva Evangelización, es la transmisión de la fe. Esta tarea es un proceso complejo que involucra la fe y la vida de todo cristiano.
Para concluir el Padre Juan Carlos nos habló del mensaje del Sínodo de los Obispos, dirigido al pueblo de Dios. En él podemos contemplar el encuentro de Jesús con la Samaritana, donde se plasma el proceso evangelizador de la Iglesia en el mundo actual. Éste, como la samaritana busca saciar su sed en aguas que sólo sacian momentáneamente, y es la iglesia la que tiene que proponer a Cristo como el manantial de agua viva que sacia al ser humano para la vida eterna.
Terminamos el día con la alegría de haber podido profundizar en esta realidad tan esencial en la Iglesia como es la transmisión de la fe, y cómo nos implica a cada una de nosotras en la pastoral.
Tras la cena, el diálogo fraterno y el recreo, siempre reparador y reconfortante con las Hermanas, nos dispusimos a descansar, una noche más, para poder seguir gozando de este Encuentro y poder dar lo mejor de nosotras mismas para bien de la Iglesia y de la Congregación.