Circular nº. 21

Madrid, 12 de Julio de 2023 

Maria comparte en toda nuestra condición,
como mujer sencilla, humilde y pobre;
nos acompaña en nuestro peregrinaje en la fe
y nos enseña a estar atentas a las cosas del Señor
y a las necesidades de nuestros hermanos.
(Const. art. 30)

 

Mis queridas Hermanas en Cristo y en el Carmelo:

¡Que nuestra Santísima Madre del Carmen nos cobije bajo su manto!

Cuando os llegue esta comunicación estaremos en la preparación para la gran fiesta del Carmelo con la novena, la vigilia, la eucaristía solemne y la procesión… Todo será para mostrar nuestro amor filial a nuestra Madre. El 16 de julio una vez más tenemos la oportunidad de renovar juntas nuestra profesión que nos recuerda que queremos responder a la llamada de Dios, que nos impulsa a vivir en obsequio de Jesucristo y a imitar a la Virgen María y al Profeta Elías.

Que María y San Elías nos acompañe en nuestro diario vivir hacia Jesús, ya que con nuestra profesión nos entregamos más íntimamente a Cristo y nos vincula a su obra redentora, comprometiéndonos a trabajar en la extensión de su Reino en este mundo. ¡FELICES FIESTAS, Hermanas! Espero que gocéis cada una de vosotras en unión con toda la familia carmelita.

Este año se celebra un acontecimiento especial para nuestra familia religiosa: la celebración del XXI Capítulo General. Es, un tiempo privilegiado de discernimiento, de reflexión compartida, de fraternidad vivida, expresada y celebrada, un tiempo de gracia en el que nos ponemos a la escucha de la voluntad del Señor y discernir juntas los modos de llevar a la práctica esa voluntad.

Un año entero toda la Congregación ha estado unida en oración-adoración, pidiendo al Señor que nos renueve y nos envíe al mundo, que nos enseñe a caminar juntas como Congregación en la Iglesia. Que el Espíritu Santo nos guíe hacia el futuro en esta celebración de nuestro encuentro congregacional.

Me gustaría que esta circular fuera un medio para agradecer a todas las Hermanas de la Congregación por el apoyo y la confianza que me han demostrado durante estos seis años de servicio. Quiero mostrar mi más profunda gratitud a tantas Hermanas por su apertura, disponibilidad y prontitud cuando se les ha pedido un servicio para el bien de la Congregación.

Conocí a muchas de vosotras, aprendí de vuestras realidades y de vuestros servicios, conocí a muchos hermanos y hermanas carmelitas en diferentes partes del mundo… Es un gran privilegio para mí y una gran gracia que agradezco de todo corazón.

Hago mías las palabras de Madre Elisea (en su carta nº. 2 según la numeración de la Positio): Cuán cierto es que la providencia de Dios lo dirige todo por sus pasos sin violencias; pero con una fuerza irresistible, sirviéndose de medios que escapan a nuestra ignorancia, y de instrumentos que nos parecen los menos aptos para los elevados fines que Dios se propone.”

Así sucede con nuestra amada Congregación. En estos tiempos complejos para nuestra familia religiosa en algunas partes del mundo, en general la Congregación tiene una gran vitalidad y gran anhelo de servir por el Reino. Hay signos de esperanzas que nos animan a seguir trabajando juntas en la misión de Jesús.

Hermanas, tratemos de ser lo que decimos que somos e intentemos vivir juntas en el seguimiento de Jesucristo, para que podamos ser transmisoras creíbles de nuestro Carisma, desde nuestra vulnerabilidad transformada en Cristo.

Que María, nuestra Madre y Hermana y San Elías, nos sigan acompañando en esta nueva etapa de nuestra historia. A todas, recibid afectuosos saludos y abrazos con todo mi cariño.

Fraternalmente en el Carmelo,