Circular nº 5

Butare, 17 de diciembre de 2024
Circular N°.5

“Y la esperanza no quedará defraudada,
porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones
por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado” (Rm 5,5)

Mis queridas Hermanas en el Carmelo:
¡Que la paz y la alegría en Jesús Encarnado abunden en nuestros corazones!

     Desde el Noviciado «Sainte Marie du Mont Carmel» de Butare, en donde estoy realizando la Visita Canónica acompañada por Hna. María del Carmen Aparicio Personal, me pongo en comunicación con vosotras en este día de la conmemoración de la muerte de nuestra Madre Elisea. Su deseo para cada una de nosotras, es que el Señor nos conceda el don de la perseverancia, viviendo la obediencia, que es el camino que nos lleva directo al cielo.

     Es de agradecer al Señor de la mies, al ver el crecimiento de nuestra familia religiosa en Rwanda, la tierra de las mil colinas con mayor diversidad ecológica de África. Gracias también por la entrega generosa de muchas hermanas, desde el principio de la fundación hasta el día de hoy. Veo que la generosidad, el sacrificio, la    abnegación y el arduo trabajo de aquel momento, vemos sus frutos en estos últimos años con el aumento de vocaciones y el desarrollo de nuestras obras apostólicas.

     Son signos de esperanza, que despiertan en mi corazón sentimientos de gratitud. Este fin de mes, juntas celebraremos la profesión de votos perpetuos de cuatro hermanas. La celebración se realizará en Rilima, lugar de la primera fundación en este país. Nos alegramos también con las Hermanas de Timor Leste y de Perú, pues, en el día de san Juan de Cruz: una hermana hizo sus votos perpetuos en Dili y una novicia hizo la profesión temporal en Lima. Loemos por todo al Señor. Que sea para darle gloria a Dios, ya que este ha sido el fin por el cual hemos sido llamadas.

     Hermanas, dentro de unos días se abrirán la celebración del Jubileo Ordinario 2025, que comenzará el 24 de diciembre de 2024 con la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro en Roma. Un momento de gracia para renovar “la experiencia viva del amor de Dios, que suscita en el corazón la esperanza cierta de la salvación en Cristo” (Spes non Confundit, 6).

     Hay tres elementos celebrativos en este tiempo del Jubileo: la oración, la peregrinación y la esperanza. Por ello, os invito Hermanas, a entrar en esta dinámica eclesial, intensificando nuestra ORACIÓN, un momento de encuentro vivo y personal con el Señor Jesús que nos ama, nos llama y nos perdona.

    La vida cristiana es un camino hacia la meta: el encuentro con Él. Y nosotras, ¿qué debemos hacer? El Jubileo nos invita a mirar nuestra vida, transformar nuestro corazón y construir esperanza. Nos ponemos juntas en camino y hacemos una PEREGRINACIÓN INTERIOR, entramos en nuestro mundo interior, buscando el sentido de la vida y celebrando la vida con alegría y esperanza, iluminadas por la Palabra de Dios que nos une.

     Que el Jubileo sea para nosotras ocasión de reavivar la esperanza y seamos SIGNOS DE LA ESPERANZA que sabe transmitir la paz y la vida, en la comunidad y en nuestras actividades apostólicas, incluso con un  saludo y una sonrisa, un gesto de amistad, una mirada fraternal, una escucha sincera, un servicio gratuito. ¡Atrevámonos a dar el paso!

     Con la Navidad llega la fiesta de gozo y salvación. Que podamos celebrarla con alegría desbordante en comunidad, siendo misioneras de la esperanza para cuantos nos rodean. ¡FELIZ NAVIDAD y entrada en el AÑO SANTO!

Fraternalmente en el Carmelo,
Merry Teresa Sri Rejeki, H.Carm
Superiora General