Hna. Antonia Lucas Ros

Madrid, 22 de Octubre de 2013


 “…quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará.”
(Mt 16, 25)

 

Queridas Hermanas:

Os comunicamos que el 21 de Octubre, desde la Residencia de Caudete (Albacete), nos dejó para estar junto a Dios Padre, nuestra Hermana

ANTONIA LUCAS ROS

Nació en Cieza (Murcia) el día 31 de Mayo de 1940. Sus padres, Pedro y Sebastiana, tuvieron 4 hijos, siendo nuestra Hermana la tercera. Fue bautizada el 29 de Junio de 1940 en la Iglesia Parroquial de S. Joaquín de Cieza y confirmada en la misma parroquia el 4 de Mayo de 1959.

Ingresó como postulante en la Congregación el 22 de Septiembre de 1960 en Orihuela, y aquí también inició el Noviciado el 6 de Abril de 1961. Hizo su Primera Profesión el 7 de Abril de 1962 y la Perpetua el 12 de Octubre de 1968, ambas en Casa Madre, al igual que sus bodas de Plata el 7 de Junio de 1987.

Estuvo de comunidad en el Seminario Diocesano de Badajoz, en Estremoz (Portugal) y en Tolosa (Guipúzcoa). En el Seminario de Tiana, en la Clínica Platón y en el sanatorio de Tarrasa (los tres en Barcelona), también trabajó en el asilo de Cieza (Murcia), en la clínica “Villa Bianca” de Nápoles (Italia) y en el colegio de Murcia. Pasó por la Residencia de Abarán, por el parvulario de Valencia y por la comunidad de Granada-Parroquia. De aquí fue trasladada a la casa de Murcia – Acogida y, ya bastante enferma, fue destinada a la Residencia de Caudete donde, meses después, ha fallecido.

Estuvo trabajando de “pinche de cocina”, auxiliar de clínica (cuidando enfermos, ancianos y con niños pequeños), a veces en la portería, otras en clase de manualidades o dando talleres. Fue ecónoma en varias comunidades y atendía el archivo parroquial, entre otras múltiples actividades, cuando estuvo en la comunidad de Granada-parroquia.

Tenía gran habilidad para las manualidades y así lo decía ella misma al hablarle de sus habilidades particulares: “pintura, repujado y manualidades varias”. Posiblemente en más de una casa tengamos trabajos de ella colgados en las paredes: pinturas o cuadros con material de cuero que trabajaba para convertirlos en pergamino (donde escribía frases alusivas al Carmelo) o en escudos carmelitas.

Como ella decía, las “actividades a las que prefiere dedicarse” eran “Coser para las misiones”. Gran entusiasta de las mismas, organizaba talleres y tómbolas a fin de recaudar fondos para las necesidades de los misioneros y las misiones. Realizó muchos apadrinamientos, y su oración, muy asiduamente volaba por todo el mundo, centrándose en los lugares de misión.

Acogedora, alegre y entusiasta, sabía hacer la vida agradable a quien estaba con ella. En la parroquia de S. Emilio, donde estuvo 20 años, era muy querida y apreciada. Su ser de artista, que transmitía en la decoración del templo especialmente en los arreglos florales, era muy apreciado.

En este mes dedicado a las Misiones, por las que tanto ha trabajado nuestra Hermana Antonia, recibid un abrazo en el Carmelo