Hna. Bernardina Griñan

 “Con amor eterno te he amado”
(De sus Bodas de Oro)

 

Queridas Hermanas:

Os comunicamos que el 18 de Julio, desde la Comunidad de Casa Madre en Orihuela (Alicante), el Señor llamó a nuestra Hermana

BERNARDINA GRIÑÁN GARCÍA

Nació en Rafal (Alicante), el día 11 de Febrero del año 1925. Hija de Antonio y Rosario. Fueron 8 hermanos, siendo nuestra hermana la tercera. Fue bautizada en la Parroquia de Ntra. Sra. del Rosario, en Rafal, diócesis de Orihuela-Alicante, el 12 de Febrero del 1925, con el nombre de Rosario y confirmada en el mismo lugar, por el Excmo. y Rvdmo. Sr. Dr. D. Francisco Javier Irastorza y Loinaz, Obispo de Orihuela.

Comienza su postulantado en Casa Madre (Orihuela), el 9 de Junio del año 1943 y el noviciado lo inicia en el mismo lugar, el 14 de Febrero de 1944. Su primera profesión, también en Orihuela, fue el 6 de Marzo de 1945 y la Profesión Perpetua la realiza el 28 de Diciembre de 1950, en Baní (República Dominicana). Sus Bodas de Plata, fueron el 6 de marzo de 1970 y las celebró en Guardamar (Alicante) y las de Oro, en Casa Madre, el 9 de Julio de 1995 con las Hermanas: Amalia Vecina Molina, Cristina Ruíz Ballesta, Herminia Jiménez Mesa, Josefa Herrero Brocal, Aurelia Pamblanco Cañiqueral, Clara Tomás Fornés, Ana Romero López y Dolores Gil Martínez.

Desde el Noviciado fue muy devota de la M. Elisea, pidiendo una gracia que le fue concedida. Tiene un testimonio escrito en la documentación del Proceso.

Se licenció en Filosofía y Letras en Santo Domingo (República Dominicana) y toda su vida ha estado dedicada a la enseñanza, compaginándola con otros servicios como el de superiora, administradora o directora del colegio de Guardamar, donde estuvo varias veces.

Fue destinada a los colegios de Murcia y Encebras (Alicante). De allí partió a la República Dominicana y durante varios años se dedicó a estudiar y dar clases, pasando por Santo Domingo, Hato Mayor y Baní. De vuelta a España, estuvo en Guardamar (Alicante), Socuéllamos (Ciudad Real), Sax (Alicante) y colegio de Orihuela, pasando también por Santa Pola (Alicante) y Madrid. Ya jubilada llegó a Casa Madre en el año 2007 desde donde Dios la llamó para estar más cerca de Él. En esta última etapa de su vida siempre se la vio feliz y entregada al querer del Señor, a pesar de sus limitaciones, conservando la lucidez hasta el final de sus días, con 91 años.

Durante un tiempo estuvo cuidando de su madre y de una hermana gravemente enferma.

Le gustaba mucho la música y los trabajos manuales, considerándolos como sus habilidades particulares.

Era una trabajadora incansable para todo lo que fueran las clases, que preparaba con gran esmero. Muy entregada a los niños, hacía todo lo que fuera necesario para que pudieran aprender más. Llevaba muy bien las clases y disfrutaba enseñando.

Ella misma escribe sobre sus vivencias en la Congregación: “Para mí todos los momentos de mi vida religiosa han sido importantes. He sido feliz porque todos los momentos o acontecimientos que me han pasado en ella los he visto venidos de la mano de Dios, unas veces he sufrido y otras he gozado mucho”. Entre todos estos momentos o acontecimientos, ella destacaba dos: “Dos fechas que no las olvidaré: cuando hice los votos perpetuos fuera de mi patria y los 25 años de mi consagración a Dios”. Y en otro lugar nos deja una frase que bien podría indicar su estilo de vida: “Con las religiosas que he convivido de todas tengo buenos recuerdos, porque las cosas desagradables las olvido”.

En una revista de su pueblo, “Ecos Tafaleros”, en Noviembre de 1995, publicaron un interviú que le hicieron con motivo de sus Bodas de Oro de Profesión. Entre lo allí escrito entresaco estas líneas que creo resumen lo que ha sido su vida desde sus más íntimas aspiraciones: “Todo lo que tengo me lo ha dado Dios y es para Dios. Durante todos estos años de vida religiosa he experimentado muchas dificultades que traen los signos de los tiempos, pero en medio de ellas, Dios ha ido trazando el camino para que haya podido vivir mi vida religiosa hasta este momento, con gratitud y alegría. He experimentado siempre que Dios ha estado conmigo. Mi ilusión ha sido siempre trabajar con la juventud y eso he hecho hasta ahora. Os invito a que deis gracias a Dios conmigo para que siga siempre ayudándome en mi caminar hacia Él con renovada fidelidad”.

Y termino como empecé: “Con amor eterno te he amado”. Es la frase que he escogido, sacada del folleto de sus Bodas de Oro; frase que el Señor le dijo a ella, y frase que nuestra Hermana le dijo al Señor durante toda su vida, y que ahora ya es realidad junto a Él. Que esta frase también nos aliente, a cada una de nosotras, a seguir testimoniando la Buena Noticia de su Amor con quien nos encontremos.