Hna. Bibiana Angelina Calvo Martín

Madrid, 25 de febrero de 2013


“Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor por años sin término”.
( Sal 23,6)

 

Queridas Hermanas:

Os comunicamos que ayer, 24 de Febrero, desde la Comunidad de Casa Madre, en Orihuela (Alicante), nos dejó para gozar en la presencia de Dios Padre, nuestra Hermana

BIBIANA ANGELINA CALVO MARTIN

Nació en Villaviciosa (Córdoba) el día 4 de Diciembre de 1923. Hija del matrimonio formado por Celestino y Teresa. Eran cuatro hermanos, siendo la Hna. Bibiana, la mayor. Fue bautizada en la Iglesia parroquial de San José, el día 15 de Diciembre de 1923 y confirmada, el 12 de Mayo de 1941, por el obispo de Córdoba, D. Adolfo Pérez Muñoz, en la parroquia de S. Pedro.

Inició su Postulantado en la Congregación el 17 de Mayo de 1946 en Orihuela, al igual que el Noviciado, que comenzó el 6 de Enero de 1947. Emitió su Primera Profesión, el 12 de Enero de 1948 y la Perpetua el 27 de Septiembre de 1954, ambas realizadas en Casa Madre. Las bodas de Plata las hizo en Badajoz, el 18 de Enero de 1971, y las de Oro el 26 de Abril de 1998, en Estremoz (Portugal) en cuyo recordatorio podemos leer como dedicatoria: “Por Ele, com Ele, Nele, me ofereço, a Ti, Ó Pai, para o bem de toda a Igreja”.

Ya, D. Juan B. Ruíz García, rector y cura párroco de la Iglesia de S. José del pueblo natal de nuestra Hermana, escribía de ella, en 1946, lo que sería su semblanza posterior: “ha observado siempre muy buena conducta, siendo modelo de virtudes entre sus compañeras, vecinas y amigas…”

Auxiliar de clínica, cocinera, sacristana, atención a las labores de la casa, ayuda en la parroquia…han sido las diversas actividades que la Hna. Bibiana ha ido desarrollando a lo largo de su vida en los diferentes lugares por los que ha pasado: Seminario de Tiana (Barcelona), Clínicas de S. Ignacio y Santa Rosa en Valencia, Casa Madre, Hospitales “18 de Julio” e “Infanta Cristina” en Badajoz, y ya jubilada en Estremoz, Fuente de Cantos (Badajoz), y Casa Madre de nuevo, donde llegó en el 2010, ya imposibilitada después de una trombosis cerebral.

Por donde fue pasando siempre dejaba una estela de bienestar por su carácter sociable y agradable, por su servicialidad y disponibilidad, por su complacencia como por su atención a las personas con las que se rodeaba, tanto en los lugares de trabajo como en las Comunidades en las que vivía. Tenía mucha habilidad para los trabajos de la casa y era, además, una excelente cocinera. Incluso cuando llegó a Casa Madre, muy limitada y sin movilidad en una parte de su cuerpo, nunca se la vio intranquila, aceptando su enfermedad con serenidad y paz, hasta con buen humor.

A juzgar por las llamadas de teléfono y las cartas que recibía de Fuente de Cantos, donde se encontraba antes de llegar a Casa Madre, se puede deducir fácilmente cómo la apreciaban. Incluso, después de salir del hospital donde trabajaba en Badajoz cuando tenía que volver por alguna causa, siempre salían a saludarla los médicos y enfermeras, con las que se había relacionado. La recordaban con gran cariño y la tenían en gran estima.

La celebración de sus Bodas de Oro, en Estremoz, fue un momento muy significativo para la Hna. Bibiana, que ella recuerda con gran gozo. Así lo escribe a otra Hermana: “…hoy tengo un ratito y quiero que me ayudes a dar gracias al Señor, por haber estado grande conmigo. Ya sé que las Hermanas te lo han contado todo, pero como yo sé que tú quieres mucho a las Hermanas Mayores, pues quiero que te alegres conmigo. Estoy muy contenta, porque el Señor hizo maravillas en mí el día de mis Bodas de Oro. Mientras viva no olvidaré el 26 de Abril. Yo os agradezco mucho a todas las que estuvisteis de alguna manera junto a mí. Yo sentí que no estaba sola, pues confiaba en vuestras oraciones. Estaba sosegada y gozosa, puesta toda mi confianza en María, y ella nunca me defrauda (…) Yo me hacía la ilusión de que era mi Primera Profesión, todo me parecía diferente, me parecía vivir en otra esfera. Doy muchas gracias al Señor por ese día tan hermoso…”

Que el Señor la haya cogido en su seno para darle el descanso eterno, y desde allí siga pidiendo por toda la Congregación.

 Un abrazo en el Carmelo