Hna. Mª Angustias Arcos Cuevas

Dichosos los muertos que mueren en el Señor,
… desde ahora descansan de sus fatigas,
porque sus obras los acompañan”.
(Ap 14:13)

 

Queridas Hermanas:

Os comunicamos que el martes día 24 del pasado mes de julio, fue convocada por nuestro Padre Dios para marchar al cielo desde la Comunidad “Ntra. Sra. de la Providencia”, en Tales (Castellón), nuestra Hermana.

Felicidad Arcos Cuevas
En religión, Mª Angustias

Nacida en Escóznar (Granada), el 22 de abril del año 1933, era hija de Jacinto y Francisca, de cuyo matrimonio nacieron diez hijos, siendo nuestra Hermanas la novena de ellos. Fue bautizada el día 25 de octubre de 1936, en la Iglesia Parroquial de su pueblo natal, “San Francisco de Asis” , y confirmada en la misma Parroquia el 9 de mayo de 1940.

Empezó el postulantado el 13 de enero de 1960 en la Comunidad de Badajoz, iniciando el noviciado el 17 de octubre de 1961 en Orihuela. También allí hizo su profesión temporal el 18 de octubre de 1962 y la profesión perpetua el 12 de octubre de 1968. Celebró sus Bodas de Plata en1987 en Orihuela.

Toda su vida apostólica en la Congregación estuvo dedicada a la atención de enfermos y ancianos, excepto los cuatros primeros años después de su profesión que estuvo un año en el Seminario de Tortosa (Tarragona) y tres años en el Seminario de Hinojosa del Duque (Córdoba) atendiendo a los seminaristas. Después servirá al Señor cuidando a los enfermos y ancianos en Granada, Orihuela, Caudete y Paradas. Ya delicada de salud volvió a Caudete un tiempo y posteriormente pasó a Tales donde permaneció hasta el final de sus días

Las hermanas, empleadas y gente del pueblo de Caudete y Paradas que la conocieron, convivieron con ella, trabajaron con ella, o que fueron ayudadas por ella, la definen como una “persona portadora de paz y alegría”. Para muchas:

  • Era una Hermana que irradiaba mucha paz y gozo por donde pasaba. La paz y la alegría eran sus mejores valores, era como un distintivo en ella y que lo compartía no sólo con la comunidad, con los ancianos y empleadas en las residencias donde estuvo, sino también con los más pobres y necesitados del pueblo o del entorno donde vivía, que ella iba a visitar o atender o que se cruzaban con ella en su caminar.
  • Cuidaba a los ancianos con especial cariño y mucho esmero, era muy detallista con todos y a todos los trataba igual, con mucha delicadeza, porque para ella todos eran indefensos y por eso todos eran sus preferidos. Las empleadas y la gente la querían mucho, porque además de ser graciosa, sabía tratar a todos con mucho respeto y delicadeza. Para las empleadas era todo un ejemplo de mujer, porque les enseñaba no con palabras sino con su hacer alegre, dispuesta siempre en ayudar.
  • Era una persona humilde y sencilla; era una trabajadora incansable, muy comunicativa y disponible; su día a día era un continuo testimonio de entrega generosa, sin escatimar tiempo ni sacrificio y respondiendo con prontitud a todo lo que necesitaban de ella. Cuando aún era más joven, fuerte y hasta que las fuerzas se lo permitieron, visitaba a los ancianos y enfermos en sus domicilios, no solo para llevarles la comunión sino también para ayudar a los que no tenían a nadie para asearles. La gente la recuerda con cariño y gratitud.
  • Fue mucho tiempo sacristana en la parroquia y tenía mucho gusto y finura para todo lo relacionado con la Iglesia o la Capilla: el arreglo de las flores, los adornos de Navidad, los velones y toda clase de macetas. En la comunidad no soportaba ver la Capilla sin flores, para ella era un martirio y había veces que no paraba hasta encontrar las flores para la Capilla.
  • Era muy devota del Santo Rosario y lo trasmitía a los residentes y empleados, no sólo dirigía los rezos diarios del Rosario, pero también los invitaba a profundizar en los misterios del mismo.
  • Uno de los momentos más felices de su vida era tener la presencia de su madre.
  • En los comienzos de su enfermedad lo pasó muy mal, pero en la medida que lo iba asumiendo, fue muy agradecida a la gente que le cuidaba y le visitaba; ya últimamente, al no poder comunicarse, sencillamente les sonreía.

Al relatar los momentos y hechos que para ella eran de gran importancia en su vida Carmelita, dejó escrito: En mi vida religiosa, he tenido muchos momentos de gran importancia, pero por destacar uno, es mis Votos Perpetuos por la presencia de mi madre ya que estaba enferma y no iba a venir, es por lo que su presencia me llenó de un gozo inmenso y si lo destaco más, es porque fue en lo único que me pudo acompañar.

Damos gracias a Dios por el don de la vida de Hna. Mª Angustias y Tú Señor que le diste los dones de la fe y de la entrega a Ti y a los hermanos durante su vida terrena, acógela en tus brazos de Padre y concédele alcanzar la eterna bienaventuranza.

Feliz Fiesta de Nuestra Madre María Reina, que Ella nos alcance de Su Hijo la gracia de ser cada día un poquito mejores. Recibid un saludo de hermana en el Carmelo,