Hna. Mª de los Remedios Roldan Santiago

 “Dichosos los limpios de corazón porque ellos verán a Dios
(Mt 5, 8)

 

Queridas Hermanas:

Os comunicamos que el 20 de Septiembre, desde la Comunidad de Casa Madre, en Orihuela (Alicante), Dios Padre llamó a nuestra Hermana

Mª de los Remedios Roldán Santiago

Nacida en Motril (Granada), el 29 de Mayo del año 1934, era hija de Francisco y María de cuyo matrimonio nacieron siete hijos, siendo nuestra Hermana la tercera de ellos.   Fue bautizada en la parroquia de la Divina Pastora de Motril, su pueblo natal, el 4 de Junio del mismo año 1934, con el nombre de María de los Remedios y confirmada el 15 de Febrero de 1952, en la misma parroquia.

Comienza su postulantado en Orihuela (Alicante), el 14 de Mayo del 1956 y, en el mismo lugar, comienza su noviciado el 4 de Abril de 1957. También allí profesa un 17 de Abril de 1958 y hace sus votos perpetuos el 31de Marzo de 1964; sus Bodas de Plata las celebró en Pedreguer, el 17 de Abril de 1973.

Auxiliar de clínica, su vida estuvo dedicada no solamente a los enfermos y ancianos, por los que sentía una especial dedicación:  (Pedreguer, Provenza-Barcelona, Couço-Portugal, Casa Madre-Orihuela); también se dedicó a  ayudar y servir trabajando en el Parvulario de Benidoleig (Alicante), en la Catequesis en Fuente de Cantos (Badajoz), en el comedor del Seminario de Orihuela y también en la atención de los quehaceres diarios en las comunidades de Encebras de Pinoso (Alicante) y Granada-Acogida. 

Ya, cuando su salud se resintió, fue trasladada a la Casa de Acogida de Murcia el año 2005 donde permaneció hasta 2009, año en que fue trasladada a Orihuela, Casa Madre, donde permanece hasta que Nuestro Buen Dios la llevó consigo.

A través del testimonio de algunas Hermanas que la conocieron y convivieron con ella, podemos decir que nuestra Hermana fue una buena religiosa carmelita, muy disponible y servicial que, a imitación de Jesucristo, pasó por el mundo haciendo el bien sin ruido, porque era muy silenciosa, pero con total entrega, amabilidad, disponibilidad gozosa a cualquier misión que se le confiara. Era humilde, sencilla, prudente, muy trabajadora y acogedora. Con su docilidad, cercanía y naturalidad, sabía ganarse a la gente, incluso a los niños de nuestros colegios que iban al campamento durante sus años de estancia en Encebras. 

Algunos de sus apuntes de ejercicios espirituales, corroboran lo que se dice en el párrafo anterior: 

  • “Para mí, la misión es un darse a los demás con amor y sacrificio donde quiera que estemos, con espíritu misionero”. 
  • “Siento en mi la exigencia de Dios y la aceptación de los superiores. Así como ser abierta a todos por la obediencia. Con nuestra vida de entrega y sacrificio por los demás”.
  • “Tengo que ver siempre al Señor con la fe y con los ojos del corazón”.
  • “Si vivimos más unidas a Cristo y a los hermanos, somos más Iglesia”. “Sólo María fue la perfecta porque vivió sólo en Cristo durante toda su vida” “El Señor sigue viviendo siempre con nosotros”. 

Últimamente, enferma en Casa Madre, intentaba hacer todo lo que podía para aliviar a las Hermanas en sus trabajos. Jamás se quejaba, era muy agradable y agradecida para con las Hermanas y personas que cuidaban de ella.

Demos gracias a Dios por todas las Hermanas que, como ella, nos dan ejemplo de una vida tan entregada y agradecida.

Sigamos rezando las unas por las otras.  Recibid un saludo de hermana en el Carmelo,