Hna. Mª del Amor Bernal Gil

Madrid, 4 de Agosto de 2014

 

“Habitaré en la casa del Señor por años sin término”
(Sal, 22)

 

Queridas Hermanas:

Os comunicamos que el 2 de Agosto, festividad de Ntra. Señora de los Ángeles, desde la Comunidad de Casa Madre, en Orihuela (Alicante), pasó a los brazos del Padre nuestra Hermana

Mª del AMOR BERNAL GIL

Nació en Ribera de Molina (Murcia), cuna de varias de nuestras Hermanas (entre ellas su  tía, la Hna. Mónica), el día 9 de Octubre de 1932. Hija de José Antonio y Antonia, matrimonio profundamente cristiano. Fueron seis hermanos de los cuales, dos, religiosas en nuestra Congregación, nuestra Hna. Amor y la Hna. Consuelo, que actualmente está en el Seminario Diocesano de Orihuela. Fue bautizada en la Iglesia parroquial del “Sagrado Corazón” de su pueblo natal, con el nombre de Teresa, el día 14 de Octubre de 1932 y confirmada en el mismo lugar el 16 de Abril de 1951.

Inicia su postulantado el 22 de Septiembre de 1953, y el noviciado el 28 de Marzo de 1954, ambos en Orihuela. Su primera profesión la hizo el 14 de Abril de 1955, y la perpetua el 22 de Septiembre de 1960, también las dos en Casa Madre, Orihuela.

El 20 de Septiembre de 1953, D. Andrés Zapata García, presbítero y cura regente de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Ribera de Molina, escribía de ella: “…ha observado una conducta moral y religiosa intachable, digna de todo encomio, considerándola con verdadera vocación al estado religioso”, lo que nos hace tener una idea de las actitudes que luego seguiría teniendo nuestra hermana Amor.

Maestra de Párvulos, estuvo destinada en distintas comunidades. En su misión apostólica como educadora, pasó por Murcia, Orihuela (Alicante), Paradas (Sevilla), Elda (Alicante), Pedreguer (Alicante) y también en Alicante, ciudad. Finalmente, desde el colegio de Murcia, fue destinada a Casa Madre, en el año 2009, ya enferma, desde donde el Señor la llamó para estar definitivamente con Él.

Era muy entrega e incansable para todo lo que fueran las clases, que preparaba con esmero. Le encantaban los niños, y no tenía ninguna pereza en realizar fichas, trabajos y todo lo que fuera para que pudieran aprender más, con mucho tesón y constancia. Según ella misma escribe, le gustaba mucho las manualidades y tenía una inclinación especial para ellas.

En su vida comunitaria era muy observante, puntual y trabajadora. De carácter recio y fuerte, tenía un fino sentido del humor que nos hacía reír en los momentos más inesperados con ocurrentes “salidas”.

Que María, en su advocación de los Ángeles, la haya acompañado al encuentro con el Padre Dios, a su llegada al cielo.