Hna. Mª del Carmen Alaminos Alabarce

Madrid, 25 de Mayo de 2015

 

“Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis,
pues de los que son como ellos es el reino de Dios”
(Cf. Mc.10,14)

Queridas Hermanas:

Os comunicamos que el 22 de Mayo, a las puertas de la venida del Espíritu Santo, desde la Comunidad de Casa Madre, en Orihuela (Alicante), pasó a encontrarse con la Trinidad, nuestra Hermana

CARMEN ALAMINOS ALABARCE

Nació en Otivar (Granada) el día 10 de Abril de 1938. Hija de Julio y Gertrudis. Era la cuarta de seis hermanos. Fue bautizada en la Iglesia parroquial de su pueblo, “S. José”, el 16 de Abril de 1938 con el nombre de Carmen, y confirmada en el mismo lugar, el 28 de Febrero de 1952, por D. Manuel Hurtado García.

Comienza su postulantado en Orihuela el 5 de Julio de 1955, y en el mismo lugar inicia el noviciado el 13 de Marzo, un año después. Su primera profesión la hizo el 4 de Abril de 1957, y la perpetua el 18 de Abril de 1963, ambas también en Orihuela. Las bodas de Plata las celebró en Sax, el 4 de Abril de 1982.

Maestra de profesión, estuvo dedicada a la educación toda su vida, compaginándolo con cargos comunitarios y trabajos de pastoral, especialmente parroquial. Pasó por los colegios de Paradas (Sevilla), Sax (Alicante), Guardamar (Alicante), Alicante y Murcia. También por Bácor donde trabajó en pastoral parroquial y ya, con los síntomas más claros de su enfermedad, en la comunidad de Granada-Acogida. Finalmente en Casa Madre, donde el Señor la llamó, después de una larga y penosa enfermedad, para celebrar la solemnidad de Pentecostés con la Trinidad en la patria celestial.

De su vida religiosa ella misma destaca algunos momentos representativos: “mi noviciado, postulantado y muchos años de mi vida religiosa. Tengo un grato recuerdo de todo mi pasado”. A pesar de sentirse maestra y gustarle la educación, cuando le preguntaban que a qué actividades prefería dedicarse, siempre contestaba “las que me indiquen”.

Quien conoció a nuestra Hna. Carmen Alaminos siempre la recuerda alegre, entusiasta, dinámica, chistosa…Era feliz y hacía felices a los demás. Siempre tenía la palabra adecuada, la sonrisa preparada y el chiste oportuno para hacer sacar la sonrisa de donde se tuviera escondida. Vamos, “una andaluza con gracia”, como se suele decir.

Muy responsable con todos los servicios a los que tuvo que responder, no sólo a nivel comunitario, sino de diferentes obras. Le gustaba ayudar, pero también dejarse ayudar. Trabajaba bien en equipo y muchas de las personas con las que se relacionó a lo largo de su vida en diferentes lugares, la recuerdan con gran cariño.

Disfrutaba mucho con la catequesis y se entusiasmaba con la progresión que iba viendo en los niños.

Era muy fervorosa, le gustaba estar en la capilla los ratos que podía, y la liturgia la vivía con gran gozo y profundidad. Era muy consciente de su vocación y de su entrega a Dios y a los demás.

Persona muy agradecida hasta los últimos momentos de su conciencia. Cuando ya comenzaba a ponerse mal y se le olvidaban las cosas, siempre pedía por favor que se lo recordaran. Ella era consciente de ello incluso de lo que tenía que hacer, y cuando una hermana se lo recordaba, ella lo agradecía con mucho cariño.

A Casa Madre llegó el 7 de Mayo del 2008, ya muy deteriorada por el Alzheimer aunque aún andaba y hablaba algo. Así y todo, no perdió la chispa de humor que la caracterizaba y hacía reír a las hermanas que la escuchaban…incluso alguna vez se ponía a bailar y todo. Progresivamente fue perdiendo la movilidad y el habla hasta quedar postrada y sin poder ingerir alimento, por lo que tuvieron que ponerle una sonda gástrica para poder ser alimentada durante sus últimos años de vida.

Que su ejemplo de persona feliz, que hacía felices a los demás, nos aliente en nuestro trabajo diario y sea un aliciente que nos impulse a seguir trabajando en obsequio de Jesucristo.

Unidas en el Carmelo,