Hna. Mª Dolores Gil Martínez

Señor tu lo sabes, sabes muy bien que quiero hacer tu voluntad cueste lo que cueste.
Tu conoces muy bien mi corazón y sabes que quiero y busco el bien de todos …
Me abandono a tu Voluntad en todo lo que me pidas.
Dame la gracia de saber descubrirte”.

(Apuntes día de retiro, 23 de junio de 2018)

Queridas Hermanas:

Con las palabras de sus reflexiones, empiezo esta necrología. Desde la Comunidad “Ntra. Sra. del Carmen” de Orihuela, Casa Madre, el día 30 de marzo, sábado, de 2019, nuestro Padre Dios quiso llevarse con Él a nuestra Hermana,

Francisca Gil Martinez
En religión, Mª Dolores

Nació en Ribera de Molina (Murcia), el 14 de septiembre del año 1927, era hija de Alfonso y Aurora, de cuyo matrimonio nacieron dos hijos, siendo nuestra Hermana la última de ellos. Fue bautizada a los pocos días de su nacimiento, el 17 de septiembre del año 1927, en la Iglesia Parroquial del Sagrado Corazón de Jesús de su pueblo natal, Ribera de Molina (Murcia) y confirmada años después, el 24 de marzo de 1941 en Bordils (Girona).

Entró en la Congregación como niña, tenía 14 años, en 1941 estando en el Sanatorio de Casa Madre a cargo de Madre Emilia Belda y Hna. Perseverancia Leiva Martín quien le daba clases, pasando después a Bordils (Girona).

Comenzó su postulantado el año 1943 en el Seminario de Tiana (Barcelona). El 21 de  septiembre de 1944 inició su noviciado en Orihuela y en el mismo lugar profesó el 25 de  septiembre de 1945. Hizo sus votos perpetuos el 28 de diciembre de 1950 en Rio Piedras (Puerto Rico). Celebró sus Bodas de Plata el 17 de agosto de 1970 en Orihuela, y también aquí las Bodas de Oro, el 9 de septiembre de 1995.

Toda su vida en la Congregación estuvo dedicada tanto al cuidado de los enfermos como al servicio de las comunidades como Superiora Local; igualmente ejerció el cargo de Delegada Regional de la Bética desde 1970, cuando se erigieron las Delegaciones en España, hasta 1975.  Delegada de Asistencia y Sanidad de España y Portugal desde 1990 hasta 1996. Ejerció su misión apostólica en las Comunidades de Platón (Barcelona), Hato Rey (Puerto Rico), Agen (Francia), Sanatorio de la Purísima (Granada), Santiago de los C. (Rep. Dom.), San Juan de Alicante (Residencia), Salamanca (Inserción y Casa de Formación), Murcia (Casa de Acogida), Alicante (Casa Sacerdotal) y finalmente, en Orihuela, Casa Madre; aquí permaneció desde el año 2010 hasta que nuestro buen Dios se la llevó consigo.

Las muchas hermanas y personas amigas que la conocieron o que convivieron con ella la definen como una “persona toda de Dios y toda de sus hermanos y hermanas”. Toda su vida estuvo  marcada por su amor profundo a Dios y al projimo. Entre los muchos datos que dan de ella y podíamos citar, escogemos los que siguen:

Era una Hermana que tenía muy claro lo que significaba su entrega a Jesús y cada día la renovaba con su tiempo de oración y entrega generosa a los hermanos. Se tomaba muy en serio la vida religiosa y lo compartía en las reuniones comunitarias, era muy edificante escucharla. Siempre animaba a las Hermanas a ser fieles al Señor y descubrir su voluntad. Animó a muchas en los  momentos en los que no veían con claridad lo que el Señor quería para ellas y fue para muchas, ejemplo de vivir completamente entregadas al Señor.

Veía la presencia de Dios en todo, incluso en los sufrimientos y contrariedades que tuvo que pasar desde sus primeros años en la Congregación, como por permisión de Dios. Por eso estaba constantemente dándole gracias al Señor por lo feliz que se sentía y por lo que Dios había hecho en ella, con ella y a través de ella.

Era muy amante de Nuestra Santísima Madre, gozaba mucho en sus Fiestas, le tenía mucha devoción y le invocaba siempre “Madre querida, no te apartes de mi lado, y haz que ame cada día más a tu Hijo Jesús”.  Era amante del santo rosario y en Casa Madre todos los días lo rezaba con las Hermanas enfermas.

Exquisita en el trato con los demás, detallista y una enamorada del Señor, que era lo único importante para ella, lo demás todo lo relativizaba. Vivía centrada en el Señor y muy unida a Él … Se  sentía muy agradecida y querida por el Señor y por eso irradiaba alegría y felicidad. Le gustaban las bromas, las sorpresas,  y tenía sentido del humor, disfrutando con cualquier cosa. También le gustaba celebrar las fiestas, aunque fuese con un detalle. Vivir la novedad, lo nuevo, lo especial, no caer en la rutina. Desde muy joven fue responsable tanto de la Comunidad como de las obras en las Casas donde residía. Tenía el don de saberlos realizar de forma que todo se pudiera llevar a cabo y para todos había respuesta,  trataba de salir adelante y hacía que todo se pudiese resolver.

No se echaba atrás ante la novedad o los retos, sino que si era la voluntad de Dios, siempre se lanzaba … sin pereza, con diligencia, con entusiasmo. Ante los imprevistos su capacidad de acomodación era amplia, los veía, los reflexionaba hasta que se iban realizando y para todo tenía una respuesta adecuada.

Era el apoyo de todas, siempre estaba disponible para acoger, escuchar, guardar “silencio” y orar ante cualquier dificultad que le confiaban, era la mujer confidente, prudente y orante.

Sabía escuchar sin juzgar. Nunca reflejó superioridad en nada y siempre resaltaba lo bueno de cada persona. No creía en los malos informes y cuando llegaba el caso lo confrontaba. Siempre veía el lado positivo de los acontecimientos. Jamás de su boca ha salido alguna crítica; correcciones a las Hermanas, sí.

Su sentido de acogida era grande, tenía el corazón imenso como el océano, sabía dar cabida en cada situación a las personas que lo requerían y que ella vislumbraba que necesitaban y que se sentirían mejor. Se podría decir que era la persona que sabía compartir la carga de los demás y hacer felices a los que vivían con ella y a los que la visitaban..

Tenía un don para empatizar con las personas. Su amplitud  de relaciones fue extensa, conocía a mucha gente y trataba de tener contacto con todas en la medida de lo posible. Las felicitaba, estaba pendiente de los acontecimientos de la vida de cada una y se hacía presente de la forma que podía. Después de su muerte muchas hemos encontrado sus felicitaciones de Pascua de Resurrección  como lo hacía siempre, lo que quiere decir que estuvo consciente hasta el último momento de su vida.

Siempre ha sido una persona veraz, “muy completa”, muy noble y muy sincera. Todas las personas que se acercaban a ella con agobios, salían edificadas.

En estos últimos años de su vida, ya retirada en Casa Madre, nunca la vimos ociosa. Disfrutaba de poder ser útil a los demás, preparando la verdura, cosiendo cuando cualquier hermana le pedía que le arreglase alguna cosa, aunque tuviera que prescindir de algún rato de descanso. Siempre generosa y servicial, no perdía el tiempo en tonterías ni chismes. Siempre agradecida y sin querer dar trabajo a las hermanas ni al personal de servicio.

Añadimos algunos trozos de sus escritos (como sabemos, ha escrito muchísimo), que seguro nos hará mucho bien:

  • … me gustaría el anonimato, pero si con ello el Señor ha de ser glorificado y los hermanos sentirse  felices ¡gloria al Señor! No por esto dejaré de poner toda mi ilusión y persona para su mayor esplendor … Realmente llegar a 50 años de consagrada al Señor, de servicio a la Iglesia, a la Congregación, es una gracia, un Don que me obliga decirle al Señor: “cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré su fidelidad por todas las edades” “la misericordia del Señor es eterna” (Carta fechada Valencia, 12.05.1995).
  • Gracias Jesús por tu amor, por los sentimientos que pones en mi corazón de amarte y de darme a mis hermanos ofreciéndote, por ellos todo lo que se me ofrece, lo que se me pides ¡Señor, no tengas en cuenta mis pecados, el abismo de mi miseria! Me fío y me confío a Ti en pura fe, porque eres mi Dios, mi Padre, mi Todo (Apuntes día de retiro 24.02.2018).
  • … siento gran dolor tener que dejar esta comunidad y las gentes tan buenas y sencillas del barrio. La verdad que hasta que no llegan estos momentos de despedida, no expresamos lo que se quiere a las personas … cuando Dios dispone las cosas así, hay que decir ¡amén! … A la gente les digo que…  después vuelvo… No es que haga gran cosa, pero eso de pasar como uno más de ellos y saber que Dios tiene ternura y predilección por los pobres, hace que una los quiera más, pero comprendo y estoy convencida …, que hay que vivir primero la pobreza de una, la de no poder disponer de tu persona ni de tu tiempo, y esto donde Él disponga y de la manera que quiera (Salamanca 8.9.90).
  • … la Pascua … Es el día del Amor, de la Amistad y nunca mejor que hoy, para  manifestar a quien se quiere lo que se lleva en el alma. La verdad que quisiera, siempre que me comunico contigo, llevarte alegría, ¡es tan hermoso poder hacer felices a los demás!. Soy pobre y no poseo nada, pero es lo único que quisiera dar, dejar cuando estoy con los otros, con las comunidades; esto lleva su dolor, pero sabemos que no se llega a la gloria de la Resurrección sin pasar por la muerte (Encebras 28.3.91).

Gracias Hna Dolores por lo que tu vida ha significado para la Congregación y para las que hemos tenido la dicha de conocerte y compartir contigo. Tenemos la certeza de que ya estás con el Señor, y aunque te echaremos mucho de menos, sabemos que cuidarás de nosotras y nos ayudarás desde el cielo. Descanse en paz.