Queridas Hermanas:
Os comunicamos que el 28 de Febrero, desde la Comunidad de Tales (Castellón), el Señor llamó a nuestra Hermana
ISABEL AGUT MAÑANÓS
Hija de Vicente y Mª Antonia, nació un 8 de Septiembre de 1926 en Almazora (Castellón). Fueron cuatro hermanos, siendo ella la segunda. Fue bautizada y confirmada en la parroquia de Almazora, pero no se conservan las actas de ambos sacramentos, verificándose el primero por el Libro de Índices, y el segundo por declaración jurada.
Comienza su postulantado en Casa Madre (Orihuela) el 7 de Mayo de 1954 y, en el mismo lugar, el noviciado, el 16 de Enero1955. También en Casa Madre profesa un 19 de Enero de 1956 y el 12 de Septiembre de 1961 hace sus votos perpetuos. Sus Bodas de Plata las celebró en Estremoz el 19 de Enero de 1981.
Vivió su vida religiosa con gran alegría y gozo, que le nacía de muy dentro, porque toda ella era una Acción del Gracias al Señor por la vocación. Así lo escribiría: “En mi vida religiosa no puedo explicar los momentos vividos de gran importancia, porque son tantos que no terminaría en un día escribiendo, empezando desde que entré hasta el momento presente”.
D. Cornelio Monfor Monfort, cura ecónomo de Almazora, que conocía a nuestra Hermana por su intensa vida espiritual y actividad parroquial (pertenecía a la Asociación de Hijas de María y Teresa de Jesús, y era militante de Acción Católica, donde desempeñó varios cargos en la Junta Directiva y en la sección de Catecismo parroquial), señala “su buena conducta, tanto moral como religiosa”.
De profunda vida interior y una presencia que transmitía mucha serenidad, bien se podría decir de ella, como se decía del propio Jesús: “Pasó haciendo el bien” (cfr. Hch. 10,38) por todos los lugares que tuvieron la dicha de conocerla y tratarla: Tarrasa (Barcelona), Tales (Castellón), Estremoz (Portugal), Benavila (Portugal), Seminario de Orihuela (Alicante), Encebras (Alicante), Catral (Alicante)…y de nuevo Tales, desde donde el Señor la llamó para estar con Él y celebrar nuestra fiesta congregacional, junto con los 275 años de la instauración del Seminario Diocesano Menor de Orihuela. Y es que, muy posiblemente, al Seminario le tenía una predilección especial, de la que yo puedo dar fe, porque cuando iba por Tales nuestro tema de conversación era cómo y por dónde estaban los sacerdotes que ella había conocido de seminaristas, y que sabía que yo les seguía “la pista” porque eran amigos míos. Se le notaba un cariño fuera de toda duda, y también puedo constatar que los sacerdotes con los que me relacionaba la querían mucho, porque hablábamos de ella, y de otras Hnas. que habían pasado por el Seminario y a las que también recordaban con gran cariño. Tanto es así, que después de enterarse de su fallecimiento, sus testimonios hablan por sí solos:
- “¡Cómo quería al Seminario y a los sacerdotes!”.
- “Yo la recuerdo como una madraza. La ví hace un tiempo en Tales y recordaba con gran cariño al Seminario. Que ahora rece por nosotros”.
- “Descanse en paz. Gran mujer, entregada y siempre sonriente”. “Una gran mujer, muy contenta con su vida”. “Lo siento mucho, ¡qué gran mujer era!”. “Bella persona…Descanse en paz”.
- “Un gran ejemplo para todos. Que descanse junto a Quien le dio tanto amor para repartirlo con nosotros”.
- “Que el Señor la tenga en su gloria y le pague todo el bien que hizo a todos los que pasamos por allí y la sentimos como madre”.
- “Era una buena mujer, que sabía dar lo que recibía de Dios a los demás”.
- “Toda una vida de entrega a Dios y a su Iglesia”.
- “Gracias por informarme de su fallecimiento. Lo siento como si fuera de mi familia”.
- “Forma parte de mis mejores recuerdos del Seminario”.
- “Una de las mejores personas que he conocido. Seguirá cuidando de todos junto al Señor”.
Y termino, haciéndome eco del último testimonio que he puesto y, que hago mío, con la certeza de que seguirá cuidando de todos los seminaristas y sacerdotes que conoció y que la conocieron, y de todas nosotras, sus hermanas de Congregación. Que descanse en paz y Dios la tenga en su gloria.