“Así dice el SEÑOR tu Creador. No temas, porque yo te he redimido,
te he llamado por tu nombre; tú eres mía.
Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no te anegarán;
cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará.
Porque yo soy el SEÑOR tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador; …
Ya que eres preciosa a mis ojos, y yo te amo …
No tengas miedo, que yo estoy contigo”.
(Cf. Is 43, 1-5)
Queridas Hermanas:
Con la certeza de que ya nuestra Hermana está escuchando y disfrutando de la Palabra de su Señor y Creador, empiezo esta necrología. Desde la Comunidad “Ntra. Sra. de la Providencia”, en Tales (Castellón), el 18 de junio de 2020, nuestro Padre Dios llamó a nuestra Hermana,
Mª del Pilar Alcudia López
En religión, Dulcenombre
Nació en Dos Torres (Córdoba), el 23 de diciembre del año 1936, era hija de Dulcenombre y Urbana, de cuyo matrimonio nacieron siete hijos, siendo Hna. Mª del Pilar la última de ellos. Fue bautizada unos años después, el día 28 de junio de 1939, en la Iglesia Parroquial Ntra. Sra. de la Asunciónde de su pueblo natal, Dos Torres, y confirmada el 22 de noviembre de 1943 en la misma Parroquia.
Comienza su postulantado en Tarrasa el 1 de diciembre de 1957 e inicia su noviciado en Orihuela el 31 de julio de 1958. También allí profesa el 1 de agosto de 1959 y hace sus votos perpetuos el 29 de julio de 1965. Celebró sus Bodas de Plata el 3 de agosto de 1984 en San Juan de Alicante, y las Bodas de Oro en el mes de mayo de 2009 en Orihuela.
Desde una edad muy temprana, nuestro Buen Dios, en Su Providencia, ya empezó a regalarle destellos de su Cruz. Joven aún, empezó a tener problemas de salud; y así, sucesivamente, una trás otra, le vinieron varias enfermedades teniendo que someterse incluso a intervenciones quirúrgicas. Pero jamás se refugió en su enfermedad, para estar inactiva. Al contrario ha sabido convivir con sus dolencias y achaques durante toda su vida. Sabía conjugarlos no solo con todas las faenas a ella confiadas, incluso con el cuidado de su madre y de sus hermanas, en los momentos que necesitaban de su ayuda, sino también con su gran disponibilidad a echar una mano en donde hacía falta. Atenta y detallista con las Hermanas de la Comunidad donde se encontraba, manifestaba especial atención y cuidado por las que se encontraban enfermas.
Muy servicial, acogedora y agradable con todo el personal del colegio, con los padres de los alumnos y con los vecinos que valoraban mucho su amistad y cercanía; se hacía querer por todos, especialmente por los niños. Era muy generosa, todo lo daba. Era feliz dando y dándose. Después de estar jubilada, accedia con gusto y sin problemas cuando se le pedía que prestara su servicio en la recepción del Colegio o atendiera a alguna necesidad que había. Se relacionaba bien con todos; conocía a todos y se interesaba por sus familias. Ha dejado un buen recuerdo. Después que se fue de traslado a Tales (Castellón), la gente de Orihuela preguntaba mucho por ella e incluso la llamaban por teléfono. Cuando supieron de su partida al Cielo, muchos padres y el profesorado han comunicado cuanto lo han sentido.
Religiosa de oración profunda, tenía sentido del DON de PIEDAD y valoraba mucho los actos de piedad. Muy cumplidora de su deber y de los horarios; esto era como una moneda de doble cara; porque daba la sensación de que exigía lo mismo de las demás Hermanas de la comunidad. Mujer de carácter fuerte, pero sabía mantener gran ecuanimidad en todo. Su semblante transmitía la paz y serenidad de su alma.
Mujer callada y sacrificada, durante los últimos meses de su vida, llevó su enfermedad con santa resignación abandonándose en las manos de Dios, sin jamás quejarse. No quería dar trabajo a nadie y cada vez que le preguntaban cómo estaba, siempre decía que estaba bien y que no le dolía nada; siempre estaba bien porque estaba como Dios quería. Era muy agradecida a la atención de las personas que la cuidaban y la visitaban.
Resumiendo, podíamos decir que era una persona que no hacía ruido y que con su servicialidad y caridad, pasó haciendo el bien por las diferentes comunidades donde vivió: Orihuela (Casa Madre), Valencia, Tarrasa (Barcelona), Fuente de Cantos (Badajoz), Murcia, Bigastro (Alicante), Guardamar (Alicante), San Juan (Alicante); y, finalmente, el Colegio de Orihuela donde estuvo los años 1969 hasta 1971, para después regresar en 1984 hasta 2019. Ya con la salud debilitada fue trasladad a Tales (Castellón) donde estuvo sólo unos meses, hasta que nuestro buen Dios se la llevó consigo.
Demos gracias a Dios por el don de la vida de nuestra Hna. Pilar, que pasó por el mundo desapercibida haciendo el bien, y que ya está gozando de la Presencia de su Señor. Buena Hermana, la tarde dorada resplandece en el occidente; pronto, muy pronto a los siervos fieles les llega la hora de su descanso; dulce es la calma del paraíso bendito. Desde donde estás, intercede por tu siempre amada Congregación.