Hna. María Sánchez Riquelme

      Madrid, 29 de Agosto de 2012

 

“Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor”
(Cfr. Sal 16)

 

Queridas Hermanas:

Os comunicamos que el 18 de Agosto, desde la Comunidad de Casa Madre, nos dejó, llamada por el Padre nuestra Hermana

MARÍA SÁNCHEZ RIQUELME

Nació en el pueblo de Abanilla (Murcia), España, el 1 de Abril de 1925, de una familia hondamente cristiana. Sus padres, José y María, tuvieron 9 hijos, siendo nuestra Hermana la segunda. Fue bautizada en la Parroquia de S. José de Abanilla el 8 de Abril de 1925 y Confirmada en la misma parroquia el 4 de febrero de 1928.

Durante su juventud, con otras compañeras, frecuentaba los Sacramentos. Alguna de ellas, también siguieron a Jesús en la Vida Religiosa. Tenían sus ratos de oración y formación a través de lecturas. También pertenecía a la Acción Católica.  D. Francisco Ruíz Ruíz, presbítero celoso y ejemplar, hermano de la Hna. Ángela, religiosa de nuestra Congregación y coadjutor de la parroquia de S. José de Abanilla, escribiría de ella el 19 de Enero de 1951: “…como confesor de la joven María Sánchez Riquelme en cuanto humanamente podemos conocer, tiene señales de vocación divina al estado Religioso…”.Un día después, el 20 de Enero de 1951, comienza su postulantado en la clínica de Sta. Rosa en Valencia.

El noviciado lo hizo en Casa Madre, comenzándolo el 30 de Octubre de 1952, donde también realizó su Profesión Temporal el 31 de Octubre de 1953 y la Perpetua el 21 de Septiembre de 1959. Las Bodas de Oro las hizo en Casa Madre el 12 de Julio de 2003.

Gran devota de Madre Elisea y de la Hna. Arcángela, cuya devoción propagó entre sus familiares y conocidos, se caracterizaba por su entrega generosa y por ser una mujer de paz, que transmitía a las personas con las que se relacionaba. Enemiga de las críticas, procuraba hablar con caridad de los demás. Era fina y atenta y así se mostraba por todos los lugares por los que pasó, desde Lloret de Mar (Gerona), primer destino de su misión apostólica, hasta la propia Casa Madre donde terminó sus días.

De Lloret de Mar, fue destinada a Barcelona, Clínica Provenza, por un corto período de tiempo. Después estuvo en Hinojosa del Duque (Córdoba), y luego pasó a Madrid. De allí fue al Seminario Menor (Diocesano) de la Diócesis de Orihuela-Alicante, donde, entre otras ocupaciones, atendía a los seminaristas, que la recordarían años después con gran cariño, cuando ya, muchos de ellos eran sacerdotes; decían éstos que los cuidaba como una madre a sus hijos. Y después, “de la montaña” (el seminario está sobre una pequeña elevación), bajó al valle, a Casa Madre.

Durante los años que pasó en Casa Madre, mientras sus fuerzas se lo permitieron, atendía al teléfono y portería. Es aquí donde yo conocí a la Hna. María y recuerdo con gran cariño nuestras conversaciones sobre los sacerdotes que conocíamos y de los que tenían tantos y tan bonitos recuerdos.

En los años noventa su salud se fue deteriorando poco a poco, hasta quedar imposibilitada. En el año 2003 le diagnosticaron una encefalopatía vascular que fue progresando paulatinamente. Al principio del presente año, 2012, tuvo que ser hospitalizada al sufrir una neumonía. Cuando se recuperó, volvió a Casa Madre, pero con su salud muy debilitada, necesitando el oxígeno durante algunas temporadas.

Últimamente se fue agravando su enfermedad, y en un par de días “entregó el espíritu”, yendo al encuentro del Señor y de nuestra Madre y Hermana, la Señora del Lugar.

            Bien podríamos decir, al terminar esta necrológica, como síntesis de su vida, la frase de M. Elisea que se eligió en sus Bodas de Oro: “Sed muy agradecidas a tan grandes beneficios, y muy fieles a vuestras promesas”. Y así fue nuestra Hna. María, muy agradecida a todos los beneficios recibidos en su vida, y muy fiel a las promesas de las que ya desde joven se sentía llamada. Descanse en paz.