Hna. Ramona Pastor Huerta

Madrid, 9 de Marzo de 2015


“Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida” (Cf. Ap 2,10)
(Cita elegida para sus Bodas de Oro)


Queridas Hermanas:

Os comunicamos que el 6 de Marzo, desde la Comunidad de la Residencia de San Juan (Alicante), pasó a reunirse con el Padre y seguir celebrando la fiesta de la Congregación, nuestra Hermana

RAMONA PASTOR HUERTAS

Nació en Lezuza (Albacete), el día 12 de Noviembre del año 1925. Hija de José Juan y Providencia. Fueron 8 hermanos, siendo nuestra hermana la tercera. Fue bautizada en la Iglesia parroquial de Ntra. Señora de la Asunción, en su pueblo natal, el 23 de Noviembre del mismo año, y confirmada en el mismo lugar, el 10 de Junio de 1930, de manos del obispo auxiliar de Toledo.

Comienza su postulantado en Valencia, en la clínica de S. Ignacio. El noviciado lo inicia en Orihuela (Alicante) el 17 de Diciembre de 1947. Su primera profesión la hizo el 5 de Enero de 1949, y la perpetua el 22 de Septiembre de 1955, ambas en Orihuela. Las bodas de Plata y Oro las celebró en Casa Madre, la primera el 22 de Enero de 1971, y las de Oro, el 24 de Abril de 1999.

El cura ecónomo de la parroquia de su pueblo natal, D. Casto Chacón Romero, escribió de ella, para su ingreso en nuestra Congregación (25 Febrero 1947): “…ha observado siempre y observa una conducta moral y religiosa ejemplarísima, es hija obediente y joven piadosa”.

Auxiliar de clínica de profesión, tenía como habilidad particular, expresada por ella misma, la de sembrar y cuidar flores, y cuando se le preguntaba a qué otras actividades prefería dedicarse, respondía “a lo que me manden”.

Casi toda su vida estuvo atendiendo y cuidando enfermos, tanto en Valencia, como en Badajoz, Clínica Platón (Barcelona), Tarrasa (Barcelona), Residencia de Elda (Alicante) y Residencia de San Juan (Alicante), donde falleció.

Era una hermana muy entregada en su trabajo, silenciosa, callada, muy observadora, amante de la paz y la alegría. Le gustaba atender y escuchar a las Hermanas, quitando importancia a los problemas que referían. Por estas características dejó una buena huella por donde pasaba y de ello podemos encontrar algunos testimonios:

  • En la clínica Platón estaba con los niños pequeños, en lo que se llamaba “camitas blancas”. Era muy apreciada por su cariño y atención tanto con los pequeños como con el personal.
  • Una noche, estando en la comunidad del hospital de Elda, llegó un hombre pidiendo agua de la Hna. Arcángela. En esos momentos no tenían en la comunidad y ella se fue con el hombre al cementerio para conseguirla. La familia del enfermo se lo agradeció mucho.
  • Ya en la Residencia de San Juan se encargaba, mientras pudo, del lavadero. Ayudaba a las empleadas en todo: preparaba la lavadora muy temprano, recogía la ropa que planchaba, cosía todo lo que se presentaba…Además, los domingos y días festivos iba a las monjas Clarisas de Santa Faz donde además de asistir a la Eucaristía, ayudaba a repartir la Comunión.
  • Su enfermedad la llevó con mucha paciencia, aunque sufría mucho. Todo lo ofrecía al Señor.

De sus escritos podemos entresacar algunas ideas que nos acercan a la calidad humana de nuestra hermana:

  • No olvidaré este paso del Señor por mi vida. Han sido unos días muy profundos de encuentro con el Señor. Quisiera que esta presencia la vivieran todos los cristianos” (En unos Ejercicios Espirituales).
  • No todos podemos hacer las mismas cosas, pero todos podemos disminuir el sufrimiento”.
  • Una sonrisa torna la vida más dulce”.
  • Una sonrisa vale más que mil palabras

Que el ejemplo de nuestra Hermana Ramona, que tanto amaba al Carmelo y a la Congregación, nos ayude en nuestro caminar diario, aquí en la tierra, manifestando el Amor de Dios con toda persona que se relacione con nosotras y ella, desde el Cielo, interceda por el buen fruto de nuestras obras al servicio del Reino.