Madrid, 11 de enero de 2015
“En él brilla la esperanza de nuestra feliz resurrección…”
(Cfr. Prefacio I de difuntos)
Queridas Hermanas:
Os comunicamos que el 21 de Diciembre, antes de que acabara el año, desde la Comunidad de Tales, en Castellón, pasó a estar con el Padre nuestra Hermana
ROSINA PÉREZ OGALLAR
Nació en Guardahortuna (Granada) el día 14 de Noviembre de 1928. Hija de José y Rufina. Eran 6 hermanos, siendo ella la primera. Fue bautizada en la Iglesia parroquial de su pueblo el 29 de Noviembre de 1928 con el nombre de Antonia, y confirmada en Orihuela, el 19 de Septiembre de 1951 por el Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de la Diócesis, Dr. José García Goldáraz.
Ingresa en el Sanatorio de la Purísima Concepción de Granada, y el 28 de Septiembre de 1950 comienza su postulantado en Orihuela, y en el mismo lugar inicia el noviciado el 30 de Septiembre de 1951. Su primera profesión la hizo el 2 de Octubre de 1952, y la perpetua el 20 de Septiembre de 1958, ambas también en Orihuela. Las bodas de Plata las celebró en Tales, el 2 de Octubre de 1977, y las de Oro el 2 de Octubre del 2002, en la comunidad que atiende la Residencia de ancianos de “S. Inocencio” en Paradas (Sevilla).
Estuvo destinada en distintas comunidades, tanto de España: Barcelona (Platón en un primer traslado y en la clínica Provenza años después), Tales (Castellón), Paradas (Sevilla); como en República Dominicana (Albergue infantil). Finalmente fue destinada a Tales, donde el Señor la llamó para estar definitivamente con Él.
Auxiliar de clínica de profesión, estuvo toda su vida trabajando en el campo sanitario, aunque, según las necesidades de cada comunidad, también realizaba otras actividades. Le gustaba el ganchillo y la consideraba una de sus habilidades particulares.
Ella misma destaca de la vivencia de su vida religiosa algunos datos que transcribo: “En mi vida religiosa una de las mayores impresiones y emoción que he recibido fue la primera profesión, reconocí en ella mi entrega total del Señor” también “…mi viaje a Roma a la beatificación del P. Tito Brandsma y poder ver al Papa muy cerca”. De su estancia en República Dominicana, durante más de una década, nos escribe: “Una de mis experiencias vividas que espero no olvidar nunca fue mi destino a América en el año 1958 para la fundación del Albergue Infantil y el tiempo vivido entre aquellos niños faltos de cariño familiar. También el viaje allá en barco que duró 18 días, con todas sus consecuencias, la noticia en el mismo de la muerte de Pío XII, fue emocionante los funerales celebrados en el barco, éramos entre sacerdotes, religiosos y religiosas unos 60, también en las escalas que íbamos haciendo a pesar de ser distintos lugares, coincidían con los funerales del Papa tan querido para mí, fue importante y hermosísimo.
Me impresionó mi primer viaje en avión, y me sirvió de meditación, viendo la grandeza de Dios dando al hombre tanta inteligencia para hacer esas maquinarias que puedan sostener tanto peso en el espacio durante horas”.
De su llegada a Paradas nos dirá: “…me encuentro bien. Todo esto es muy bonito, se puede apreciar ese encanto y alegría de Andalucía. El trabajo como es más o menos como el que he dejado, me ha servido para encontrarme bien enseguida, pues los abuelos son cariñosos y simpáticos”.
Sus Hermanas de Tales, con las que compartió sus últimos meses, nos hablaban de ella diciendo que “ha dejado una huella imborrable de su gran virtud. Siempre demostró un carácter muy equilibrado, ecuánime. Jamás supimos si estaba triste, preocupada o con dolores, que no le faltaban, debido a su limitación física. Demostraba una bondad natural, siempre silenciosa y muy agradecida a cualquier servicio que recibiera por pequeño que fuera”. Incluso una Hermana joven que estuvo muy cerca de ella expresó: “Rosina es una santa”.
Termino esta necrológica, en la celebración del Bautismo del Señor, último día de las fiestas de Navidad, con las mismas palabras que escribió nuestra Hermana Rosina, que bien podrían ser ecos de su testimonio espiritual:
“Gracias Jesús querido,
gracias Jesús del alma,
bendice mis deseos,
mis deseos de ser Santa,
trabajando por tu gloria,
y la salvación de las almas”
Unidas en el Carmelo, en el inicio de este nuevo año, recibid un abrazo fraterno,