Hna. Margarita Liriano Santana

» Asi dice el Señor tu Creador: No temas, porque yo te he redimido,
te he llamado por tu nombre; tú eres mía.
No tengas miedo, que yo estoy contigo …”.
(Cfr. Is. 43, 1. 2.)

Queridas Hermanas:

En la tarde del día 28 de julio de 2022, desde la comunidad “Santa María del Monte Carmelo” en Santo Domingo, República Dominicana, el Señor llamó a su presencia a nuestra Hermana:

Dolores Altagracia Liriano Santana
En religión: Margarita

Nació en La Canela, Santiago de los Caballeros -Rep. Dominicana-, el 29 de diciembre del año 1937. Era hija de José Dolores y Ana Elisa, de cuyo matrimonio nacieron nueve hijos, siendo la Hna. Margarita la tercera de ellos. Fue bautizada unos meses después, el 29 de julio del año 1938, en la Parroquia Catedral de Santiago El Mayor, Diócesis de Santiago de los Caballeros.

Inició el postulantado en Santiago de los Caballeros, el 17 de octubre de 1960, y más tarde, el noviciado el 21 de abril de 1964 en la Casa Madre de Orihuela, donde también profesó el 22 de abril de 1965. Sus votos perpetuos los hizo el 15 de agosto de 1972, en su país natal Rep. Dominicana, donde también celebró las Bodas de Plata el 22 de abril de 1991 y las de Oro el 23 de agosto de 2015.

Hna. Margarita fue una persona entregada a tiempo completo al Señor, muy espiritual, fiel en todos sus compromisos, con muchos y lindos detalles a nivel de su relación con el Señor; su amor a la Virgen también era inmenso.

El Señor enriqueció a nuestra Hermana de una gran calidad humana y familiar, observadora, atenta, acogedora con los demás, con una sonrisa agradable y dulce en su rostro; no muy expresiva, pero siempre muy educada y silenciosa, con mucho amor en su corazón. Costurera de profesión, realizaba muy bien esta tarea, a la vez que daba clases de costura a las mujeres del sector donde vivía en Baní. En las Comunidades donde estuvo, siempre estaba disponible para ayudar a las Hermanas y todas las personas que necesitaban de su servicio.

Su semblante sereno y su sonrisa tímida le hacían ser del agrado de los demás. Los que la trataron destacan en ella su finura y delicadeza con las personas y en la costura. Son muchas las mujeres de Baní a las que enseñó a coser.

En la trayectoria de su vida, muy pronto el Señor la identificó con el misterio de la cruz. No gozaba de buena salud, y estuvo siempre acompañada de intensos dolores, principalmente de la columna; pero asumió la enfermedad sin quejarse de nada y en la medida de sus posibilidades, de forma callada y sufrida, se esforzaba en participar activamente en la vida y misión de la Comunidad. De esta forma silenciosa sobrellevó sus varias enfermedades con paciencia. En sus últimos días se complicó su estado, afectando su corazón, lo que la mantuvo en la UCI hasta el momento de su fallecimiento.

Era muy cercana con su familia de sangre, que esperaban sus visitas con alegría, pues siempre llegaba cargada de detalles para todos los sobrinos. Amaba su familia y estaba siempre pendiente de ellos, al igual que ellos le correspondían con la misma atención. En esa comunión familiar participó nuestra Hermana, transmitiéndoles lo que ella sabía, tanto sobre la Madre Elisea, como los métodos de costura, los cantos de la iglesia. Grababa a todos los sobrinos para luego sentarse con ellos y disfrutar de esas grabaciones en familia.

Tenía una forma peculiar de mostrar a todos la alegría y el privilegio de formar parte de su familia. Cuando la visitaban, tanto a Baní, como a Hato Mayor o Las Colinas, las comunidades acogían a sus familiares y les daban acogida, no importaba la cantidad de personas que llegaran. Ellos testimonian lo magnífico de llegar a Baní y hacer siempre el mismo recorrido: por todo el pasillo, llegar a la capilla, disfrutar de los mangos… La mayor alegría que ella sentía era cuando llegaba con su gente a visitar la iglesia de Nuestra Señora de Regla.

Hna. Margarita era una persona de poco hablar, pero de corazón noble. Con su servicialidad y caridad pasó haciendo el bien por las diferentes comunidades donde vivió, Socuéllamos en España; y las diferentes casas de Rep. Dominicana: Baní, Santiago, Hato Mayor, Santo Domingo. De sus 84 años de edad y sus 57 años de vida consagrada, 29 los vivió en Baní, en la comunidad Ntra. Sra. de Regla, del colegio Ntra. Sra. de Fátima.

En el año 2016, debido a que su salud se fue deteriorando, fue trasladada a la Casa de Hermanas Mayores, Comunidad “Santa María del Monte Carmelo”, en Santo Domingo, donde permaneció hasta que nuestro buen Dios decidió llevarla a su morada Santa. El sábado 30 de julio 2022, en la Casa Central de la Capital, todas las Hermanas de la Vicaría “Nuestra Señora de la Altagracia”, se reunieron para celebrar, como familia, la pascua de nuestra querida Hna. Margarita.

Damos gracias al Señor por ella y le pedimos que, desde el Carmelo celeste, ruegue al Dueño de la mies envíe nuevas vocaciones para la Iglesia y para la nuestra familia Carmelita. Tenemos la certeza de que, como dice la palabra en Sabiduría 3, 1-9, “Estás en las manos de Dios, sin sufrimientos, contemplando su gloria”. Que nuestra Madre del Carmen la abrace para la eternidad. ¡Gracias, Hermana! Tu delicadeza y forma de ser, ha dejado intensas huellas que marcan … Desde la calma del paraíso bendito, que el Señor te tenía reservado, intercede por tu siempre amada Congregación y por todas tus personas queridas que siempre te tendremos en nuestros corazones. ¡Descansa en paz, querida Hna. Margarita!