Hna. Salvadora Bañon Medina

Benditos son los pies de los que llegan,
 para anunciar la paz que el mundo espera,
apóstoles de Dios que Cristo envía,
voceros de su voz, grito del Verbo …”.
(Liturgía de las Horas, Himno común de los Apóstoles)

Queridas Hermanas:

Con la confianza de que su alma descansa ya en Dios, su Salvador, os comunicamos que en la mañana del pasado día 21 de julio de 2022, desde la Comunidad de “San Simón Stock” de San Juan de Alicante, Dios Padre llamó a nuestra Hermana

Salvadora Bañón Medina

Nacida en Caudete, el 14 de septiembre del año 1935, era hija de Jaime y Magdalena, de cuyo matrimonio nacieron ocho hijos, siendo nuestra Hermana la penúltima de ellos. Fue bautizada al tercer día de vida, el 16 del mismo mes y año, en la Iglesia Parroquial de Sta. Catalina de su pueblo natal y confirmada años después, el 11 de septiembre de 1941, en la misma parroquia.

Todas las etapas de su formación las hizo en la Casa Madre de Orihuela, comenzando con el postulantado el 21 de mayo de 1957 y el noviciado el 12 de diciembre del mismo año; profesando el 6 de enero de 1959. En el mismo lugar hizo sus votos perpetuos el 22 de abril de 1965. Celebró sus Bodas de Plata el 6 de enero de 1984 en el Colegio de Murcia y las Bodas de Oro el 6 de enero de 2009 en el de San Juan.

En su juventud, antes de ingresar en la Congregación, ya manifestaba que tenía un gran espíritu religioso, pues se mostraba muy fervorosa y caritativa con los más necesitados. Además de la asistir a la Eucaristía, nunca faltaba a los rezos y prácticas devocionales en la Parroquia. También era muy activa en las actividades benéficas y de catequesis.

En el pueblo era muy querida, no sólo por sus amigos sino también por toda la gente en general, pues se hacía mucho de querer. Constantemente estaba muy alegre y era muy graciosa en sus manifestaciones; por donde pasaba proporcionaba momentos muy agradables de convivencia. Siempre lo tenía todo a punto. Se ingeniaba muchas cosas para hacer la vida más agradable a los demás.

La Hna. Salvadora ha sido una Hermana con muchas cualidades para la vida comunitaria. Junto a su disponibilidad para todas las tareas de la casa, también su colaboración e interés en todo han sido muy grandes; se puede decir que supo ser una buena ama de casa. Todas estas buenas aptitudes la acompañaron a lo largo de su vida religiosa.

Otra de las facetas de su personalidad que le ha ayudado enormemente a vivir la vida comunitaria, ha sido su sentido del humor y las respuestas con chispa que ha tenido siempre para todo momento y circunstancia hasta el último momento de su enfermedad. Era graciosa y se tenía por fea, por lo cual decía con gran simpatía: “los feos que hagan recados por la noche”.

Como Maestra de Primera Enseñanza, la mayor parte de su vida estuvo dedicada a la educación de los niños, a los que se entregaba con especial cariño y dedicación, teniendo gran habilidad para tratarlos. Fue una gran maestra de Primaria, muy querida por los padres, alumnos y compañeras del colegio. Las clases las preparaba con esmero, los trabajos de los niños eran perfectos, libretas muy limpias, en fin, buena religiosa y pedagoga, sus alumnos terminaban el curso con una buena preparación.

Compaginaba la tarea educativa con otras obligaciones que le fueron asignadas, como superiora y ecónoma de la comunidad y otros quehaceres domésticos. Su vida de apostolado y oración también fue ejemplar. Acogedora y trabajadora, no hacía problema de nada, quitando importancia de las cosas; edificaba a la Comunidad como portadora siempre de paz y unidad.

También daba catequesis a los niños de primera comunión y ayudaba a la parroquia en el despacho. Era muy cumplidora en sus oraciones, trabajos comunitarios, reflexiones. Sus momentos de silencio, retiro y oración los cuidaba con gran esmero y reverencia, amando al Señor, procurando ser fiel a los compromisos de su vida religiosa.

Formó parte de las Comunidades de los los Colegios de: Murcia, Alicante, Orihuela, Elda y San Juan de Alicante, donde más tiempo estuvo (treinta y dos años). Finalmente, en el año 2017, ya delicada de salud, pasó del Colegio a la Residencia, en el mismo San Juan de Alicante, donde ha permanecido hasta que nuestro buen Dios se la llevó consigo.

En todas las comunidades donde ha vivido, ha dejado a su paso, un gran ejemplo y una huella muy positiva en todas las personas que la trataron. Hna. Salvadora es de esas personas que hacían la vida fácil y llevadera a los demás. Aunque era graciosa a la vez se mostraba muy educada, prudente, respetuosa y sin doblez en su trato; su presencia era agradable y creaba buen ambiente.

En los últimos años, ya con la salud deteriorada, Hna. Salvadora continuaba transmitiendo nobleza y sencillez; no perdió la gracia en el hablar y siempre tenía en los labios una broma que hacía sonreír a los demás. A pesar del Alzheimer y de las difíciles etapas de evolución de esta enfermedad, siempre confió en las Hermanas de la comunidad y se dejó atender por ellas; igualmente por las trabajadoras de la Residencia, no teniendo en ningún momento un mal gesto o palabra hacia ellas, a pesar de lo penoso de su situación. Poco a poco su persona fue decayendo y apagando a nuestros ojos e iluminando para el Señor, que la encontró preparada y la acogió en su regazo de Padre.

¡Gracias, Hna. Salvadora! Tú paso por la tierra ha dejado imborrables, gratificantes y bellos momentos para el recuerdo … Desde el precioso lugar donde estás gozando de tu Salvador en el cielo, intercede por todas las que te hemos conocido y compartido en la tierra parte de tu vida. ¡Feliz descanso eterno!