El día 17 de febrero, el Señor transformó la vida de nuestras queridas Hermanas: Margarita Martín García, Mª Gracia Luque Reyes y Mª del Rosario (Rosmari) Rondán Rastoll en un accidente mortal donde perdieron la vida en su trayecto de Barcelona a Tales, siendo Castellón el lugar del desenlace.
Procedían de las comunidades de Barcelona, tres de ellas, trabajando como Educadoras social, acogiendo a las personas de escasos recurso, entregadas a los más desfavorecidos de su entorno: Margarita Martín y Mª del Rosario. La tercera de la comunidad sólo sufrió algunas heridas sin mayor importancia.
Las dos de Lladó (Girona) en una comunidad de inserción atendiendo a la Pastoral de distintos pueblos cercanos y la Pastoral del Hospital de Figueras: Mª Gracia Luque Reyes; la otra Hermana sufrió fractura de muñeca y los golpes propios del accidente. Hoy se encuentra restablecida.
El martes 21 de febrero, se celebró en Tales el funeral de cuerpo presente de las Hermanas fallecidas. Presidio la Eucaristía Monseñor. Casimiro López Llorente, Obispo de Segorbe-Castellón, acompañado de PP. Carmelitas de la Provincia Arago-valentina y su Provincial Luis Gallardo, y el P. Manuel Bonilla de la Provincia de Cataluña y algunos padres de dicha provincia; Mossèn Joan Boada con quienes trabajaban las Hermanas de Lladó y distintos sacerdotes de la Diócesis. También gran número de familiares de las Hermanas fallecidas, así como religiosas de otras Congregaciones.
A través de esta página, queremos manifestarnos con sentido de gratitud y fraternidad a tantas personas como se han unido a nuestro dolor: Padres Carmelitas, Religiosas de Clausura y vida activa, sacerdotes, religiosos, religiosas, así como personal laico conocido y… menos conocido. Este sentido de fraternidad y unidad conforta en medio del dolor.
El día 25 de febrero se celebró en Casa-Madre (Orihuela-Alicante) una Eucaristía, presidida por el Sr. Obispo de la Diócesis Excmo. Sr. D. Rafael Palmero Ramos, acompañado por unos 16 sacerdotes de Orihuela, Alicante, Caudete. Se hizo con la finalidad de poder compartir el mayor número de Hermanas de la Congregación, ya que en Tales no fue posible.
A un lado del altar presidia la foto de las hermanas, que con ese gesto de alegría y paz que reflejaban, invitaba a celebrar la gran fiesta de la Resurrección; sentido que permaneció durante toda la celebración. A pesar de todo el dolor podemos decir:”El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”, porque tres miembros de nuestra querida Congregación, engrosan el Carmelo celestial.