Saber escuchar con atención e interés más al otro es un arte; sí, un verdadero arte. Y el que sabe practicar este difícil arte siempre se enriquece psicológicamente, y además posibilita el diálogo. ¿No os habéis fijado que oímos mucho y escuchamos poco? También escuchar o leer detenidamente la Palabra de Dios nos enriquece y aumenta nuestra fe.
Si escucháramos más, nos volveríamos más sensibles y comprensivos y el interlocutor encontraría en nosotros una base propicia para el diálogo.
Sin capacidad de escucha, de atención al otro, el diálogo queda bloqueado y frenado. Si todos queremos hablar a la vez y nadie escucha las razones del otro, no hay diálogo; solamente monólogos yuxtapuestos, y los monólogos yuxtapuestos son estériles y hasta ridículos.
Dialogar significa saber decir lo justo en el momento más oportuno y saber escuchar con atención e interés las razones del otro. En definitiva, dialogar es un arte que exige mucha humildad. La persona engreída no escucha nunca, o escucha con desdén o con aires de superioridad.
Solamente la persona humilde es capaz de escuchar y, en definitiva, de dialogar. El diálogo es en gran parte fruto de la humildad; y la humildad es virtud noble que anida tan sólo en corazones generosos.
Maria escucha a Dios y a los demás; es Virgen oyente. María conoce las realidades ordinarias de la vida cotidiana, la preocupación por el sustento y las incomodidades de vivir en el extranjero; las ansiedades de la huída; el dolor y desconsuelo de la cruz.
Cuando le dijeron a Jesús: tu Madre y tus parientes te buscan. Jesús respondió: ¿Quién es mi Madre, mi padre, mis hermanos? El que escucha mi Palabra y la cumple, ese es mi padre, mi madre y mi hermano.
María oyente: tú recibes con fe la Palabra de vida. Cada día cada instante de tu vida; tus ojos y tus sufrimientos son iluminados con la luz de la Palabra de Dios.
María oyente: ayúdanos a no tener prisa, ni ser superficiales, disipados; enséñanos a traducir nuestra actitud de oyentes de la Palabra de Dios en servicio y entrega a todos nuestros hermanos