Nuestra misión en Haití

Desde el principio, en el proceso de discernimiento para nuestra presencia en Haití, y con una buena representación del pueblo de Anse-a-Pitre, en una reunión con el párroco, catequistas, madres, padres y nosotras, quedó claro que la necesidad más urgente era la atención y cuidado de la salud. Por tanto podemos decir que nuestra misión es dar una atención digna que se merecen como personas, específicamente desde el cuidado de la salud, a través de una pastoral y acción preventiva.

También expresaron el deseo de que se les atendiera en el área educativa, lo cual quedó postergado para cuando se pueda.

El sábado 14 de enero 2017 fue el viaje de llegada con la comunidad de tres Hermanas, la mudanza y la compañía desde el Consejo Regional. La apertura oficial de la misión fue el domingo 5 de febrero 2017. Desde entonces caminamos con la comunidad cristiana orientando y estimulando a descubrir a Dios presente siempre en ellos, valorando su capacidad de sufrimiento y el deseo de superación de las necesidades urgentes.

Gracias a la cercanía y frontera con Pedernales, pueblo de la República Dominicana, facilitó que en poco tiempo se construyera el Dispensario médico “Santa Teresita del Niño Jesús”, primera necesidad hecha realidad: entregado el domingo 20 de mayo 2018 e inaugurado el miércoles 29 de agosto 2018. Funciona dando servicios de consultas generales, ginecología, odontología, farmacia, laboratorio clínico y otros que se presentan, como charlas de orientación preventiva, nutrición y salud. Damos respuesta además a la necesidad de combatir la desnutrición de los niños.

También la acogida y realización de “operativos médicos” en colaboración con otras congregaciones religiosas.

Es muy destacado el trabajo de acompañamiento y lucha con los “refugiados” o inmigrantes del barrio Parc-Cadeau (Pacadó) ubicado a la salida del pueblo a 5 km. Se le da seguimiento y ayuda en la alimentación, higiene y se elaboró un proyecto, que Dios ha bendecido, gracias a Manos Unidas, para que la gente pueda tener una vivienda digna.

En la primera parte del proyecto ya se entregaron 10 casas y contamos con un depósito económico para construir 10 más. La meta es llegar a 56. A ver quién más se anima a colaborar…

Seguimos soñando con otros proyectos, como son: la “electricidad”, consiguiendo que el servicio de energía eléctrica pueda ser extensivo a más personas  del pueblo y con más frecuencia. También la adquisición de poder disponer de mejores condiciones de servicio sanitario como letrinas; buscar la forma de conseguir estufas (cocinas) de gas y así erradicar el uso del carbón y por tanto se disminuirá la tala de árboles, para no seguir matando el medio ambiente, favorecer la lluvia, la agricultura, etc.

Pedimos la intercesión de Madre Elisea y Hna. Arcángela para continuar llevando a cabo nuestra misión.    ¡ALABADO SEA DIOS!

                                               Hna. Maritza Loraine Herazo Hernández


Proyecto de viviendas para los refugiados en Parc-Cadeau