La Superiora General tiene autoridad sobre toda la Congregación y sobre cada uno de sus miembros. Simboliza y garantiza la unidad de todo el cuerpo de la Congregación y la fidelidad de la misma al Evangelio, al Magisterio de la Iglesia, al espíritu de la Fundadora, a la Regla y Constituciones y a las decisiones del Capítulo General. Es elegida por éste por mayoría absoluta de votos para un periodo de seis años, pudiendo ser reelegida para otro sexenio. Ha de tener, al menos, cinco años de profesión perpetua. ( Const. art. 123)
La Superiora General impulsará la actividad y la cooperación responsable en el seño de la Congregación, favoreciendo la unidad en la diversidad. Estará atenta a los dones personales de las Hermanas y discernirá las formas adecuadas de encauzarlos, autorizando si fuera necesario, nuevas formas de vida y apostolado. (Const. art. 124)