Circular nº. 1

Madrid, 22 de agosto de 2017

Este es mi cuerpo que  se da por vosotros”
(1 Co 11, 24)

+ María,

Queridas Hermanas:

¡Paz y alegría en Jesús Resucitado!

En esta mi primera comunicación con cada una de vosotras, queridas Hermanas, os quiero dar mis más sinceros saludos con todo mi cariño, deseando que Jesús sea siempre el centro de nuestras vidas.

Al terminar la celebración del XX Capítulo General, vamos a empezar a vivir lo que Dios ha suscitado en cada una de nosotras, el deseo de renovarnos constantemente en nuestro amor a Jesús.

El Dios de la sorpresa nos ha sorprendido a todas, especialmente a mí su sierva que me ha confiado este servicio de animación en nuestra amada Congregación en este sexenio. Con María solamente puedo decir: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra” (Lc 1, 38). Confiando plenamente en el Señor y en el apoyo de cada una de vosotras, Hermanas, he aceptado este servicio sabiendo que todo es para amarle más al Señor y servirle mejor. Si el Señor me pide algo, Él me dará la Gracia de su presencia para emprender y llegar con Él hasta el final.

Le doy gracias a las Hermanas Consejeras Generales, que compartirán conmigo la responsabilidad en el servicio  a la Congregación y me ayudaran con su consejo (cf. Const. art. 129).  Os comunico las responsabilidades que asumirán cada una de ellas al servicio de la Congregación:

Hna. Francisca Rubio Fernández
Vicaria General y Encargada de la Formación

Hna. Rita María Dwiningsih
Consejera General y Encargada de la Pastoral

Hna. Mª Dolores Colon Molina
Consejera y Ecónoma General

Hna. Fabiola Mª Freitas Gusmão
Consejera y Secretaria General

Queridas Hermanas, con esta primera Carta Circular adjunto los siguientes Documentos:

  1. Información sobre los Gobiernos Regionales y Formadoras de la Congregación
  2. Las programaciones para el año 2017-2018

Ruego a cada una de vosotras, Hermanas, que volvamos a lo esencial de nuestra vida consagrada. Vamos juntas a cuidar con esmero la oración, la vivencia de los votos, la vida comunitaria y el generoso servicio, para que nuestra vida sea más creíble. 

Quiero expresar mi agradecimiento en nombre de toda la Congregación y en el mío propio a Hna. Mª del Carmen Aparicio Personal, Hna. Mª del Carmen Hernández Belmonte, Hna. Rita Mª Dwiningsih, Hna. Ana Bravo Arévalo y Hna. Rosario Ávalos Coloma, por su entrega generosa y su trabajo incansable para el bien de nuestra Congregación durante el sexenio pasado. Que el Señor les colme de profundo gozo por haber sido fieles a su misión encomendada.

Que María, nuestra Madre y Hermana, Reina de nuestros corazones, nos llene de paz y amor, de humildad y sabiduría, para que podamos entender y poner en práctica las palabras de Jesús.

Con mi cariño y oración,