Circular nº. 12

 

 Madrid, 1 de Marzo de 2014

“No deseo otra cosa que veros con
grande hambre de haceros santas,
y que para ello pongáis los medios,
confiando en que Dios nos ayudará”
(M.F. c. 52)

 Queridas Hermanas:

¡¡ Mi FELICITACIÓN fraterna en el día del 123º aniversario de la Fundación de nuestra amada Congregación!!

Después de la Visita Canónica a la Vicaría “Estrella del Mar” de Timor Leste-Kupang y, también en este último mes, a los colegios de S. Juan y Sax, de la Vicaría de España-Portugal, dónde tanto hemos disfrutado y compartiendo la vida y misión de nuestras hermanas y colaboradores, me pongo en comunicación con vosotras, para unirme en el gozo de nuestra celebración anual, recordando a nuestra querida Madre Fundadora, cuyo corazón y vida, entregó por completo a Dios en esta familia, que surgió el 6 de marzo de 1891 dentro del gran árbol del Carmelo.

Ya durante estos días se respiraba un “gozoso aire de Fiesta”, en los diferentes lugares que hemos visitado: preparación de las comunidades con el triduo, ambientación de lugares, concursos en los distintos Centros: de dibujo, literarios, deportivos… y, sobre todo, la preparación del corazón de cada persona, para vivir con intensidad esos días teniendo como telón de fondo la VIDA que nos transmitió Madre Elisea. Solo desde su existencia entregada enteramente a Dios, podemos situarnos en esta “conmemoración” del aniversario de nuestra fundación: Madre Elisea vivió descentrada de sí misma y entregada a Dios y a la Iglesia. Una existencia rica en sencillez en respuesta generosa a las necesidades de la época que le tocó vivir; en definitiva un regalo del que hoy vivimos sus hijas y que nos llama con insistencia a la santidad de vida como nos indica en esa frase de su carta 52, con la que he querido encabezar estas letras.

Estamos llamadas a una vida santa y de perfección; y esto nos lo exponen numerosos documentos de la Iglesia; especialmente recordamos aquellos que de modo particular se refieren a los consagrados. También esperamos con gozo todo cuánto el Santo Padre Francisco, nos transmita en ese Año 2015, que ha anunciado, estará dedicado a la vida consagrada. Todo ello son motivos de estímulo para que nuestra vida sea más auténtica en nuestros compromisos y con más deseos de santidad, como nos pide Madre Elisea, poniendo nuestra confianza en Dios, que cuenta siempre con la debilidad humana, pero que precisamente por ello, nos hace fuertes cuando nos hacemos pequeños y débiles a los ojos del mundo, para que triunfe su fuerza en nosotros.

Mi deseo es que estos días de preparación y celebración, sean para cada comunidad y para cada hermana, un espacio privilegiado de encuentro con el Señor y con los hermanos; que todas las personas que comparten con nosotros la misión que el Señor y la Iglesia nos ha confiado, participen del gozo de los que se aman y comparten un mismo objetivo y un mismo ideal.

También quiero tener un breve recuerdo, para el camino cuaresmal que comenzaremos el próximo día cinco, Miércoles de Ceniza: abramos nuestro interior al Señor, para que con Él y desde Él, nos dejemos convertir de tantos egoísmos como llenan nuestra vida; solo así podremos gozar de la celebración de la Pascua unidas a Jesús resucitado.

¡Feliz día para todas! Que María, nuestra madre y Hermana nos lleve de la mano en nuestro caminar.

Con mi cariño y oración,