Circular Nº. 27

 

Madrid, 1 de marzo de 2017

“A trabajar tocan y a dar gloria
al Señor por todo el Orbe.”
(M.F. c. 61)

Queridas Hermanas:

¡¡FELIZ 126 ANIVERSARIO DE NUESTRA FUNDACIÓN!!

En esta ocasión damos gracias a Dios, de forma particular, porque se ha hecho posible la fundación, tan anhelada por todas, en Haití y que el último Capítulo General de 2011 nos impulsó en los “Asuntos de Interés”, a estudiar la posibilidad de llevarla a cabo. Esta experiencia ha sido una gran oportunidad que nos ha ofrecido el Señor de servirle en los más necesitados, y que nuestras hermanas de la Vicaría de República Dominicana, con gran generosidad, esperanza y entrega han hecho posible este “salir a las fronteras de nuestro mundo”, para ser presencia de la Congregación en este querido País. La fraternidad que se vive entre las comunidades de vida Religiosa y la Iglesia Local, ha sido un testimonio emocionante de lo que Jesús quiere que seamos: uno en el Amor. En este acontecimiento nos hemos sentido acompañadas por toda la Congregación, por tantas muestras de cariño y fraternidad que de todas hemos recibido: ¡Gracias Hermanas!

(De la fundación adjuntamos una “crónica”)

También quisiera recordar que estamos ante un acontecimiento muy importante de nuestra historia personal y congregacional. El próximo Capítulo General nos hace mirar hacia el interior de cada una de nosotras y a nuestra Familia Religiosa como momento de gracia de Dios, en el que el Señor nos espera para que volvamos la mirada hacia Él, hacia el soplo del Espíritu para dejarnos impulsar por su fuerza inquebrantable y creadora.

“Otea el horizonte: aviva el fuego del carisma”. El lema del próximo Capítulo General es sumamente rico, como para explicar exhaustivamente su contenido en cada una de las palabras que lo componen. Solo lo haremos de una forma breve y sencilla.

“Otea el horizonte”: mira con detenimiento y profundidad lo que hay dentro de ti, lo que te rodea, lo que está más allá y que apenas se puede vislumbrar. Muchas veces hay que ayudarse de medios rudimentarios para poder ver un poco más allá: ponerse la mano extendida sobre las cejas y así protegerse del sol y dirigir nuestra mirada hasta el punto de interés, subirse a un lugar elevado… otras veces nos procuramos algún medio más específico para traer el horizonte hasta nuestra mirada como pueden ser unos prismáticos o un teleobjetivo. En todo caso sabemos que hemos de buscar para encontrar lo que deseamos. Esto es lo que nos pide el Señor y Madre Elisea en estos momentos: Descubrir hacia dónde nos mueve el Espíritu y dejarnos llevar suavemente por Él. Tal vez ese sea el pequeño esfuerzo que Dios nos exige para actuar en nosotras: nos pide no descuidar los pequeños medios para poder otear el horizonte hacia el que debe caminar la Congregación, siempre impulsada por las alas del Espíritu Santo. Ese horizonte en el que descubrimos los caminos, no siempre claros ni fáciles, pero por los que Dios quiere que marchemos como congregación para dar respuesta a los clamores de nuestro mundo.

Y esa respuesta no podemos darla como hijas de Madre Elisea al margen del Carisma, de nuestra llamada a seguir a Jesucristo tras las huellas de Madre Fundadora. Ella ahora “tiene como misión especial” reavivar el fuego de nuestro carisma. Es fundamental empaparnos de su vida, especialmente profundizando en sus cartas; sacar el néctar de su hondura para que penetre en nuestras vidas, como savia que revitaliza y nos lleva a lo esencial. Ese fuego que quema lo que es escoria y hace brillar lo mejor que hay en cada una de nosotras y de nuestra misión. Reavivar significa también, quitar las cenizas de las brasas para que surja nuevamente el fuego que purifica, calienta, embellece, da vida…

Tengamos presente de modo particular a Madre Elisea en estos meses que preceden al Capítulo General, para que ella, como buena Madre, nos conduzca y nos lleve a las fuentes límpidas de donde ella bebió, para ser coherentes con nuestras opciones y sepamos responder con la “valentía de los santos” a las urgencias del mundo de hoy.

Que María, nuestra Madre y Hermana, nos acompañe siempre.

Con mi cariño y oración.