Circular nº. 29

 

 Madrid, 7 de julio de 2017

“María, mientras cuida con cariño maternal de los
hermanos de su Hijo, nos precede, como signo de
esperanza segura y de consuelo, en nuestro
peregrinar hacia el monte de tu gloria”.
(Cf. Prefacio Solemnidad B.V. María del Monte Carmelo)

 Queridas Hermanas:

¡¡Felicidades en la hermosa solemnidad de Nuestra Santísima Madre del Carmen!!

Este año se singulariza con un particular acontecimiento para nuestra Familia Religiosa: La celebración del XXº Capítulo General, motivo por el cual, estaremos en torno a la Madre, Hermanas “de toda raza, lengua, pueblo y nación”, siendo para Ella un hermoso regalo, el ver a tantas hijas venidas de todos los lugares donde la Congregación está presente, con el objetivo de vivir para gloria de Dios y extensión de su Reino.

Quiero que esta carta Circular, sea un modo de agradecer a todas las hermanas de la Congregación, el apoyo y la confianza que durante estos seis años de servicio, he experimentado con cada una, y por la disponibilidad que he encontrado en vosotras cuando se os ha requerido para alguna misión o servicio en bien de la Congregación. Esto es un don que no tiene precio, y por el que siempre bendeciré y glorificaré a Dios y a nuestra Madre, pues con su mano misericordiosa me han sostenido en todo momento y he experimentado el gozo de la fraternidad.

Dejémonos mirar por María; Ella como Madre y Hermana nuestra, nos conducirá por los caminos trazados por el Espíritu y que, por experiencia, conoce tan bien, pues toda su vida fue un dejarse llevar por ese soplo que lo transforma todo, lo invade todo y lo penetra todo. Su mirada maternal debe conducirnos a participar de su docilidad a la voluntad de Dios, en todo lo que Él nos vaya expresando a través de la Asamblea Capitular, como autoridad suprema de la Congregación. Solo con una mirada de fe, podremos abrirnos a esta realidad, pues si calibramos las cosas bajo la perspectiva humana, poco podrá hacer en nosotras el Espíritu Santo. Vivamos este Kairós, como tiempo de especial asistencia del Señor en favor de nuestra Congregación. Animo a todas las Hermanas a seguir orando por la buena marcha del Capítulo, y como María en el cenáculo, aguardemos en comunión la manifestación del Espíritu.

Supliquemos a nuestra Santísima Madre que nos dejemos envolver por su cariño de maternal, como le hemos pedido en la frase tomada del Prefacio de la Solemnidad del 16 de julio, al inicio de esta Circular, para que Ella, reavivando en nosotras la esperanza, nos acompañe cada día en nuestra entrega, orientada siempre hacia Cristo, Monte de salvación. En esta entrega por el Reino, como humanas que somos, experimentamos también el cansancio y a veces la desilusión, por eso necesitamos acogernos al corazón de madre de María, para que su intercesión ante el Padre, nos alcance la fortaleza y el gozo que necesitamos para seguir entregándonos a Cristo y a los hermanos según su designio de amor.

Celebremos con gratitud esta solemnidad, y gocemos profundamente del regalo del encuentro fraterno entre las hermanas.

Con mi cariño y oración,