Circular nº. 5

Madrid, 17 de diciembre de 2018

 “El Señor, tu Dios, está contigo; Él es poderoso y salva.
Se regocija por ti con alegría, su amor te renovará”

(Sof. 3, 17).

Mis queridas Hermanas en el Carmelo:

¡Que la paz de Dios y la alegría en el Señor inunden nuestros corazones y pensamientos!

En este día de conmemoración del fallecimiento de nuestra querida Madre Elísea, quisiera mandaros mi más cordial felicitación fraterna para cada una de vosotras. Conmemoramos este día de la partida de Venerable Madre Elisea al Carmelo Celestial, recordando su deseo “que seamos unas santazas de cuerpo entero” y, ¡ojalá! que se haga realidad en cada una de nosotras.

Durante este año, tenemos muchos motivos de regocijarnos con alegría y de dar las gracias al Señor. Como es bien sabido, justo en el año del centenario del fallecimiento de nuestro “Ángel de Caridad”, recibimos la buena noticia de que el Santo Padre Francisco autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos a promulgar el Decreto relativo a las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Arcángela Badosa Cuatrecasas. Nuestra humilde y sencilla Hermana corresponde a esta intuición del Papa Francisco: en ella, la gracia del Señor encontró un terreno fértil y la convirtió en un testigo creíble del amor de Dios por el mundo.

Tenemos una Hermana más en el Carmelo que nos inspira y anima a vivir nuestra consagración sin enredarnos en los problemas y debilidades de cada día. ¿En qué aspectos podemos aprender de ella? Venerable Arcángela se destacó en el ejercicio constante y ferviente de las virtudes, en particular la fe, la caridad, la paciencia y la humildad. Mostró esperanza, fortaleza y amor hacia todos los enfermos, disponibles para brindarles alivio a su dolor físico y espiritual. Ella supo conjugar admirablemente la experiencia de la contemplación con la exigencia de un intenso servicio a los pobres. Su amor a la adoración eucarística y la meditación de la Pasión de Cristo nos invitan a vivir con alegría aun en medio de las dificultades que encontramos en la convivencia y en el trabajo.

Sin duda, el reconocimiento de la fama de santidad y de las virtudes de Madre Elísea y Hna. Arcángela, nos recuerdan nuestra vocación común a la santidad. “…Pues, animémonos a trabajar sin descanso y hacernos muy santas y ayudar a nuestros hermanos los prójimos con nuestras oraciones y penitencias y sobre todo siendo muy observantes de nuestras Constituciones y de nuestra nunca bien amada Congregación; sí, carísimas hermanas, seamos fieles observadoras de nuestras leyes y el Rey se enamorará de todas y de cada una de nosotras y después de galardonarnos en esta vida con el ciento por uno nos tiene preparada la vida eterna……” (cf. M.F. c. 57)

En segundo lugar, quisiera comunicaros que en los pasados días 13,14 y 15 de noviembre de 2018 se celebró la XXV Asamblea General de CONFER, que tuvo como tema el versículo del profeta Jeremías: “Os daré un futuro lleno de esperanza” (29,11). Una frase que se presenta como un reto y como una caricia de Dios en la vida de la Iglesia. El Santo Padre Papa Francisco nos envió una carta de felicitación uniendo su acción de gracias por estos años de servicio, en los que las ramas masculinas y femeninas de la vida consagrada en España han querido trabajar juntas.

Quisiera compartir lo que el Papa Francisco nos exhortó en este momento:

  • que no dejemos nunca de orar con confianza, sea nuestra oración un camino comunitario y en salida, para ir juntos al encuentro del Padre Dios que siempre nos escucha
  • que busquemos de todo corazón al Señor. Él está en el rostro de cada hermano, especialmente si está triste y desamparado
  • que dejemos transformar. Que escuchemos confiados la voz del Espíritu, que fiemos de Dios que quiere sacarnos y cambiar nuestra suerte para llevarnos a una patria nueva, que no es un sitio diferente sino una mentalidad distinta

Por último, quisiera desearos unas felices fiestas de NAVIDAD. Dios, que nos ama, viene a nosotros, se encarna, se hace uno de los nuestros. Estamos alegres porque el Señor está ya en nosotros, acompañándonos en nuestro diario vivir. Feliz AÑO NUEVO 2019, con la mirada puesta en el Señor, buscando y cumpliendo siempre su Divina Voluntad. A todas y a cada una de las Hermanas, recibid un fuerte abrazo con todo mi cariño y unión de oración.

 

Fraternalmente en el Carmelo,